Su paso por el Betis fue fugaz pero aún la afición bética y sobre todo, en el cuerpo técnico y la dirección deportiva aún conserva en la meoria todo lo mucho y bueno en poco tiempo que aportó al club verdiblanco.
Tras una aventura en las filas del Parma italiano, Dorlán Pabón aterrizaba como refuerzo del mercado invernal en Sevilla con un cartel semideesconocido de la mano de Vlada Stosic en una apuesta firme por completar un trío de ataque solvente junto a Rubén Castro y Jorge Molina.
Velocidad y un potente disparo, las principales características con las que se presentaba su fichaje. Rápidamente Pepe Mel vio en él dotes de buen futbolista y lo hizo debutar en el Vicente Calderón el 3 de febrero disputando 63 minutos en la derrota del cuadro heliopolitano por 1-0.
Una nueva posición en el campo tirado hacia la banda derecha y un pequeño impás de adaptación al fútbol español; no le impidieron tres semanas después en la jornada 25, marcar su primer gol como verdiblanco en la goleada al Málaga CF (3-0) en uno de los mejores partidos de la temporada para el Betis.
Las estadísticas no mienten. En 17 partidos jugados (ocho como titular) el ‘killer’ colombiano anotó 8 goles sumando actuaciones espectaculares en San Sebastián consiguiendo dos de los tres goles del cuadro bético o en el derbi sevillano del Villamarín (3-3) idéntico resultado que el obtenido frente a la Real Sociedad citado anteriormente. Un gol y una asistencia fueron claves para la remontada del equipo de las trece barras contra el eterno rival.
Pese a los intentos de la entidad verdiblanca por retener al jugadir mediante una cesión por un año más ya el alto precio por un traspaso era inviable y el propio deseo del futbolista a querer quedarse; el Monterrey, club al que pertenecía por contrato, no dejó opción alguna para tal efecto.
El domingo volverá a pisar el césped de Heliópolis como rival vistiendo los colores del Valencia CF y seguro que será recibido con grato recuerdo.
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