Un total de nueve trabajadores de la empresa Dosbio de La Rinconada (Sevilla), que formaban parte del último reducto de empleados que quedaba de la antigua Azucarera (Ebro Food) --tras el cese de actividad de esta en el mes de julio de 2010-- han sido despedidos tras "dos semanas de negociación" donde "la empresa no ha aceptado ninguna de las propuestas lanzadas por el comité de empresa", por lo que han anunciado una serie de movilizaciones, donde destaca una acampada indefinida para revertir esta situación.
Cabe recordar que la dirección del grupo Ebro Food aceptó a principios de agosto la retirada de los despidos de estos trabajadores, que permanecían encerrados a la espera de que la empresa "accediese a sentarse en una mesa de negociación y que se tuviesen en cuenta a todas las partes implicadas para lograr la paralización de los despidos".
Asimismo, en un comunicado, los trabajadores han recordado este jueves que existía un "compromiso de continuidad de trabajo" tras el cierre de la antigua azucarera, donde trabajaban con antigüedades de "hasta 40 años".
El portavoz de los nueve trabajadores, José Antonio Ferrer, ha criticado que "no ha habido negociación sino chantaje a los trabajadores" y ha explicado que la empresa pretendía una bajada de salario y de ahí no se movía". Por su parte, los trabajadores aseguran que han planteado recolocaciones "en cualquier planta del grupo en España, modificación de las condiciones laborales o disminuciones de salarios asumibles por parte del personal".
Ferrer ha apuntado que "la pretensión de la empresa era que todos firmaran una rebaja de salario voluntaria, lo que implicaba la ruptura de las condiciones pactadas al cierre de la fábrica azucarera y daba vía libre a la empresa para seguir recortando, pues no había ninguna viabilidad de futuro".
La comunicación que han recibido los nueve afectados habla de conclusión de relación laboral con Ebro Food el próximo día 10, según señalan los trabajadores, por lo que conservan la esperanza de que hasta entonces pueda llegarse a un acuerdo satisfactorio para todas las partes. "Estamos dispuestos a hacer sacrificios, pero queremos que la empresa también asuma su responsabilidad", prosigue Ferrer, quien añade que "los mandos de la empresa no se ven afectados por la reducción de salarios, que pagan solo los trabajadores".
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