La delegada municipal de Educación y Juventud, Lidia Menacho, aseguró ayer que en este último año el Ayuntamiento ha incrementado las medidas de control de las concentraciones juveniles nocturnas propias de los fines de semana, ya que además de mantener el dispositivo en el botellódromo ha dispuesto operativos específicos para atender a aquellas zonas en las que han proliferado botellones no autorizados.
Un año después de la agresión que costó la vida al joven Jairo Gómez, Lidia Menacho asegura que “lo normal” es que en el botellódromo estén dispuestos a actuar hasta tres vehículos de la Policía Local. De manera paralela, se ha “reforzado” este dispositivo vigilando otras zonas, como el barrio de San Mateo, que están siendo utilizadas por los jóvenes para celebrar botellones.
Tras el fallecimiento de Jairo Gómez, el Gobierno local se comprometió a estudiar con los colectivos juveniles la conveniencia de mantener o no el botellódromo. Ese estudio no se ha realizado todavía porque está pendiente de la constitución del Consejo Local de la Juventud, uno de los órganos amparados por el nuevo reglamento de Participación Ciudadana aprobado a principios de este año.
La intención del Gobierno local es retomar este debate el próximo mes de septiembre. Además, en la mesa alternativa de ocio se trabaja “de manera interna” para tratar de dar respuesta a las necesidades de los jóvenes y proponiendo “un ocio distinto” para los jóvenes.
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