AJosé Loaiza también le toca hacer balance de sus dos primeros años al frente de la Diputación Provincial. El hecho de convertirse en el primer representante del PP en presidir el ente supramunicipal ha quedado en un segundo plano como consecuencia de un periodo marcado por la gestión económica y la búsqueda del difícil equilibrio entre la austeridad y el mantenimiento de los servicios públicos esenciales en los municipios de la provincia. Astilleros, Las Aletas, Bahía Competitiva, la Plataforma Logística, ... son algunos nombres propios que se han cruzado en el camino de su gestión durante estos 24 meses en los que asegura haber sido fiel a dos máximas: hacer más con menos y atender a todos los municipios por igual, sin atender a su color político.
—¿Cómo definiría estos dos años?
—Han sido un poco complicados. Es verdad que tenemos mayoría absoluta y eso nos ha permitido poder ejecutar nuestros programas sin tener que contar con nadie, pero cuando llegamos no sabíamos la situación económica que nos íbamos a encontrar la Diputación, y se han producido situaciones incómodas en el primer año y parte del segundo, en los que nos dedicamos a pagar facturas de años anteriores y a poner al día la Diputación. Es verdad que no hemos tenido que ir al plan de ajuste, pero sí ajustar muchísimo las cuentas.
—Su planteamiento inicial fue el de hacer más con menos, pero ¿se ha hecho más con menos?
—Estamos haciendo de lo mismo para arriba y con la mitad de presupuesto. De un presupuesto de 400 millones en años anteriores se ha pasado a uno de 260 millones de euros. Estamos dando los mismos servicios que tenemos obligatoriamente y estamos invirtiendo bastante más de lo que se invirtió en los últimos años de mandato socialista.
—Eso de hacer más con menos suena a como el que antes iba a El corte Inglés y ahora va al Ikea, pero no nos salen las cuentas a la hora de comprobar cómo hacer más con menos dinero, salvo que o se gaste menos o no se haga nada...
—Lo que hay que hacer es dar los servicios con una política de austeridad y de optimización de recursos. Por ejemplo, cuando llegamos, lo primero que hicimos fue eliminar áreas administrativas, coches oficiales, alquileres, estamos disolviendo organismos, como la Fundación Dos Orillas, y nadie lo ha notado. Hemos disuelto el Instituto de Deportes, y nadie lo ha notado, porque lo llevamos directamente desde un área de Diputación. Todo eso va sumando y va generando un ahorro de cosas que ya no se pagan; y después hay otro factor: nosotros no hemos contratado a nadie, se ha jubilado personal y no hemos contratado a nadie más, lo que hacemos es reorganizar nuestra propia administración, desde el primer día, por convicción propia, por eso se puede hacer mucho más con menos. Todo consiste en reajustar, y eso se puede hacer yendo al Corte Inglés o al Ikea.
—Dentro de esa optimización, cómo se compagina desde la Diputación la contención en el gasto con las dificultades por las que atraviesan muchos ayuntamientos en estos momentos y que han obligado a éstos a reclamar su implicación…
—El plan provincial de obras y servicios lo estamos manteniendo, y eso va dirigido a los municipios más pequeños; el plan de cooperación provincial era cofinanciado por Estado, Junta y Diputación, y este año sólo lo lleva Diputación; es decir, estamos intentando mantener los mismos niveles de servicio en todos los municipios. En Cultura es vedad que hemos quitado programas, caso del COCU, y claro que lo hemos quitado, porque no creíamos en él, y hemos dinamizado la cultura para la generación de empleo a través del Dinamo. En recaudación se han renovado convenios, así como regularizado el tema de los anticipos ordinarios, porque nos encontramos situaciones, como la del Ayuntamiento de Jerez, que era muy complicada, pero que no habíamos complicado nosotros, sino que se complicó en la anterior legislatura. Seguimos hasta que tanto Jerez como Diputación dijimos “ya no podemos más” y Jerez tuvo que tomar una decisión. Nosotros lo que intentamos es que las ciudades tengan sus servicios cubiertos y que tengan lo mismo que tenían, pero no lo superfluo. Cuando antes para una fiesta se daban 20.000 euros, ahora se dan 6.000, para todo el que lo pida. Pero claro, es que antes el presidente tenía 4 millones en presidencia y yo no paso de 250.000.
—Ya que cita el tema de Jerez, se le criticó que eso iba a mermar la disponibilidad económica de la Diputación. Ahora que ha transcurrido un año y medio y puede hacer balance, ¿en qué medida se han podido resentir?
—Está igual. De hecho, Recaudación no ha sufrido ninguna merma, porque regularizamos la situación de Jerez, igual que se ha hecho con El Puerto o con Sanlúcar.Yo lo que le pedía al PSOE ante las críticas realizadas era responsabilidad, sobre todo de cara a que las entidades financieras mantengan la confianza que tenían en Diputación, porque si rompemos la baraja quien pierde la confianza es Recaudación y los que salen perdiendo son los pueblos pequeños, que necesitan del apoyo que les da esta plataforma provincial. En qué se ha resentido la Diputación, pues en que Jerez nos adeuda una cantidad, pero igual que nos la deben desde El Puerto o Sanlúcar.
—Pero, a este ritmo, con los recortes y deudas de otras administraciones, y las peticiones de ayuda que se les acumulan desde los municipios, ¿llegará un día en el que ya no puedan más?
—Llegaremos hasta donde podamos, pero tenemos claro que hay que racionalizar la administración y dejar muy claras cuáles son las competencias. Es necesaria una nueva Ley de Financiación, pero sobre todo una Ley que diga que quien tiene las competencias tiene el dinero, y que no se pueda decir que yo hago esta política que es mía, y yo te utilizo porque eres más cercano al ciudadano para después pagártela. Muy bien, pero páguela usted. Una administración como la Junta no puede apoyarse en los ayuntamientos para exprimirlos económicamente mediante la aplicación de sus políticas. Usted la ejerce, pero deme también el dinero; no le digo que por adelantado, pero al menos a mes vencido.
—Dice que ahora se gobierna para todos los pueblos, independientemente del color político, ¿es que antes no era así o tenía la sensación de que no era así?
—No es una sensación, era una realidad. Los alcaldes del PP en la Sierra estaban castigados permanentemente. En Cádiz capital se gastaron 400.000 euros que fueron para los actos del Bicentenario; pero en qué se gastaron ese dinero, pues en hacer oposición a Teófila Martínez. Esa fue la oficina del Bicentenario. Nosotros no hacemos políticas de confrontación con los alcaldes, lo que intentamos es resolver y el dinero que hay para cada municipio en función de sus habitantes se reparte, y con criterios objetivos, con una fórmula matemática que tiene en cuenta número de parados y número de población y con un factor de corrección para ayudar a los municipios menores, con lo cual resulta imposible favorecer a los más grandes, que son en los que gobierna casi de forma mayoritaria el PP.
—¿No le da la sensación de que el ciudadano está cansado de la imagen que se da ante tanta política de confrontación?
—Es cierto que el político ha caído en el descrédito, pero también hay que tener en cuenta que de esto se sale con política y con políticos, y también, y esto es una opinión personal de Pepe Loaiza, desde el convencimiento de que el político se tiene que curtir en la sociedad, porque hay que vivir de cerca lo que sucede en la calle, y estamos cayendo también en el político que con 10 años se metió en política y hoy se puede estar en cualquier gobierno sin haber salido de la política.
—Supongo que al citar que de esta se sale con política y con políticos se refiere a todos, a los de otros partidos también...
—Con todos.
—Sí, pero me gustaría ponerle el ejemplo de la Plataforma Logística del Sur en la que está implicada la Diputación. ¿Qué puede ocurrir con esa plataforma y con el trabajo desempeñado si en 2015 cambian los gobiernos de las ciudades que la han impulsado, porque desde la oposición critican su existencia? ¿Por qué resulta tan difícil lograr una apuesta conjunta por cuestiones tan trascendentales, lo que en el fondo es una forma más de decepcionar al ciudadano?
—Hay cosas que son cuestiones de Estado, como la Educación o la Sanidad, pues debería haber cosas que fuesen cuestiones de Provincia. Las Aletas es un tema de provincia, y el PSOE ha demostrado que le trae sin cuidado. No se metió en Las Aletas cuando se inició porque estaba el Gobierno de José María Aznar y Pepe Barroso como alcalde de Puerto Real, que fueron las administraciones que impulsaron el proyecto. La Junta no entra hasta que llega Rodríguez Zapatero, y lo primero que hace es declararlo de interés autonómico y le quita las potestades al Ayuntamiento de Puerto Real, porque no le interesa trabajar ni con el PP ni con IU, y para hacer lo que ha hecho siempre: intervencionismo y beneficio propio. La Plataforma Logística es una idea, un concepto, una estrategia. Hemos conseguido ya que el Gobierno de la Nación se implique y se va a poner en el mapa logístico de España para Europa. Eso lo hemos conseguido ya y ningún partido va a conseguir tumbarlo. El problema es que el protagonismo se lo ha llevado la persona que lanzó esa idea, que es Teófila Martínez. Esa idea se ha llevado a cabo porque los alcaldes de las principales ciudades de la provincia son del PP, así como la Diputación. Si hay cambios de gobierno, la idea está avanzada, y ya hemos visto cómo aquí han venido representantes de plataformas logísticas de Texas, Panamá y Chile. Ya tenemos miembros de gobiernos y administraciones de zonas logísticas, que son los que mueven el tráfico internacional de mercancías, que cuentan con esta plataforma y la ven con buenos ojos. Sólo tenemos que quitar un tanto porcentual pequeño del tráfico sudamericano que entra en Europa por Rotterdam y Hamburgo y tenemos trabajo para media provincia nuestra.
—Ha habido novedades en torno a Bahía Competitiva y nos gustaría que se posicionase ante el caso de los técnicos de Diputación que han sido imputados.
—Quiero recordar que la Diputación fue uno de los denunciantes del caso Bahía Competitiva al poco de asumir la presidencia. Tenemos dos técnicos imputados: el máximo responsable del IEDT y otro técnico. Partiendo de la presunción de inocencia, se nos ha criticado que no hemos actuado con contundencia, y quiero exponer que uno de ellos es funcionaria y tiene su puesto de trabajo -lo que no está es en las labores de tramitación de subvenciones del Plan Reindus desde el IEDT-. La otra persona, el máximo responsable, ya nada tiene que ver con Diputación. Lo que no vamos a estar es haciendo públicas estas cosas continuamente. A otros les gusta y ante una amenaza de imputación lo que hicieron fue cesar a la persona de concejala. Si hubiera sido otra persona no habrían tomado esa determinación, lo que demuestra que ahí lo que hay son problemas internos del PSOE y ha aprovechado las circunstancias. De hecho, la máxima responsable de la agencia Idea también está implicada y el PSOE no la ha quitado.
—La CEC ha pedido que el dinero cuando se recupere sea reinvertido en empresas de la provincia, ¿es una posibilidad?
—Está claro que si se recupera el dinero y vuelve al Ministerio lucharemos para que vuelva a ser destinado a esta provincia, porque tenemos muchas necesidades de desarrollo industrial. Hay que recordar que no se trata sólo del dinero que se han llevado unos golfos, sino que les ayudaban desde dentro. Esto era una trama.
-¿Qué le diría a los empresarios para que sigan creyendo en iniciativas de este tipo y presenten sus proyectos?
—El problema es que hubo proyectos de empresa que se presentaron y no se les dio subvención y que a lo mejor hoy día no son viables o simplemente ya no existe la empresa. Lo que hay que buscar son proyectos que sean viables, y si logramos recuperar 10, 15 o 20 de esos millones desviados, que puedan ser destinados con garantías.
—-¿Por qué no hay mayor celo en la administración a la hora de controlar el flujo de ese dinero, porque la sensación que le queda a la ciudadanía es muy decepcionante?
—Por eso hoy día cuando una empresa se presenta se le exige un aval y se analiza el proyecto que presenta, y ya hay empresas que garantizan que como mínimo ese proyecto tiene visos de viabilidad. Ahora con las nuevas ayudas también obligan al empresario a invertir y se audita a posteriori, aunque eso ya existe y por eso se descubrió lo ocurrido. El engaño puede venir desde cualquier sitio, pero aquí el problema no es el engaño, sino que había una trama.
—Pero fallan los controles en el movimiento del dinero público, y si no se cambian los controles volverá a pasar.
—Hay que poner más controles. Ya en los nuevos fondos Reindus se han puesto. Es verdad que hace falta una Ley de Transparencia que lo regule todo. Los controles que se ponen cada día más en las administraciones por interventores y secretarios, eso no existía hace años. Hoy día el dinero público está más controlado, hay plataformas de contratación, pero estos controles hay que ponerlos desde dentro de la administración.
—Ha habido desvío de dinero, pero también hay que hablar del dinero que no llega. ¿Hasta qué punto estamos hablando de política de confrontación o de situación extrema de las administraciones a la hora de cumplir con la Diputación?
—Lo que pedimos es que haya una ley de racionalización, para que cuando la Junta no pague, el Estado lo asuma o sea compensable. Hay que mejorar la legislación. Y sobre todo, una competencia, una administración. O uno u otro, y el dinero para hacer el que le corresponda su competencia. Si me da competencias, dígame cuánto me va a pagar por asumirlas y yo le digo si las asumo o no, y si usted no me paga sé que lo va a hacer el Estado. La ley lo que va a determinar es que usted no se pueda gastar dinero en algo que no es de su competencia.
—¿Se puede hablar de prontas realidades en el caso de Navantia?
—Hay una realidad que es la firma del mantenimiento de los buques norteamericanos que vienen a establecer su base en Rota. Otra realidad es que se está trabajando para que los gaseros de dos empresas españolas se vengan y hay otras negociaciones comerciales pendientes para conseguir más carga de trabajo.
—¿La clave pasa por la adaptación de los astilleros gaditanos a la nueva realidad global del sector naval?
—Obligatoriamente. O tenemos astilleros competitivos o no vendrá carga de trabajo. Si a un armador le cuesta menos dinero hacer el barco fuera de España, se irá. Y si en España le cuesta más barato hacerlo en el astillero de Valencia o de Bilbao se irá allí. Hay que ser competitivos. Lo que no puede ser es que un barco en Navantia Cádiz cueste más que en Navantia Ferrol, porque el armador se va a Ferrol. Eso hay que arreglarlo y tenemos que hacer un esfuerzo entre todos. Tenemos instalaciones y personal competitivo, y tenemos que ver en qué fallamos para que seamos igual de competitivos que en otras ciudades..
—La historia se repite cuando es para mal, pero el hecho de que esta semana haya salido Almunia reclamando el dinero que deben los astilleros, recuerda a la situación de 2003 cuando tuvo lugar la reestructuración de Izar a Navantia, como si ahora se fuera a producir algo similar…
—Lo que está claro es que flaco favor nos ha hecho Almunia al sacar este tema en este momento, porque nos debilita a nivel internacional en el mercado y además puede llevar al paro a más de 80.000 personas en España como ese dinero se tenga que devolver. Lo preocupante es que esto lleva más de tres años moviéndose y hay que preguntarle a Almunia por qué lo saca ahora.
—Pero ¿ustedes lo van a aprovechar para hacer esa reestructuración que hay que hacer?
—Nosotros no, Navantia es la que tiene es que ser competitiva. Si lo puede ser sin reestructuración pues mucho mejor. A nosotros nos han prometido que no va a haber cierre de Astilleros y que no va a haber despidos. A partir de ahí, si tiene que haber algún tema de reestructuración o despidos es un tema empresarial, no es nuestro.
—¿Cree que la bajada del paro es coyuntural o hay ya luz al final del túnel?
—Lo que nos da esperanzas es que llevamos cuatro meses seguidos reduciendo el desempleo, hemos cambiado la tendencia, y es cierto que se debe a la temporalidad, pero ésta ha existido siempre. Estos meses han sido buenos siempre, pero la estadística dice que estamos en el mejor momento.
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