Es cierto que al día de hoy hay muchas empresas con problemas económicos. Y que incluso se podría decir que hay más empresas con problemas económicos que empresas saneadas.
Por esa afirmación se podría concluir que la situación por la que atraviesa el hotel Bahía Sur no es nada anormal, máxime cuando son más los meses de incertidumbre por el pago que nóminas debidas. Y que hay empresas cuyos trabajadores lo están pasando peor.
Pero eso sería analizando sólo una situación singular, la que emana de la decisión de los trabajadores de convocar una huelga para tres de los cuatro domingos de julio, la primera huelga de un establecimiento que fue uno de los pilares de la oferta turística de la provincia.
Si se analiza cómo se ha llegado a esa huelga y se deja a un lado la crisis económica, que evidentemente, influye, las conclusiones ya no son aplicables a todas las empresas que están pasando calamidades en estos tiempos.
El Hotel Bahía Sur tiene 100 habitaciones, lo que lo convierte en un buen hotel, el más grande de San Fernando. Pero su valor estaba no tanto en esas cien habitaciones como en su capacidad para acoger a dos mil personas gracias al complejo de apartamentos en el que esta construido.
Con esa capacidad para dos mil personas se podían organizar grandes congresos, actos multitudinarios de todo tipo. Y con esos actos se podían alquilar salones para conferencias, comedores para congresistas y servicios para una clientela que hacia funcionar todo el complejo y no sólo el hotel.
Los gestores actuales han reventado la oferta de plazas de apartamentos y el hotel, con cien habitaciones, no puede ofertar más que comida y cama para esas cien habitaciones. El valor añadido ha desaparecido. Y con él, muchos puestos de trabajo.
El mal de esta empresa no está, pues, en factores externos. El cáncer hace mucho tiempo que se detectó. Y no se hizo nada.
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