Tenía 21 años y un hijo de tan solo un año en común con su ex pareja, pero ayer Miriam Tamayo, vecina de San Benito, encontró la muerte presuntamente a manos del padre del pequeño, G. J., de 26 años de edad, después de que tras una discusión éste le asestara en plena calle supuestamente siete puñaladas, dos de ellas mortales, en el pecho y en el abdomen, de las que no pudo recuperarse.
La de ayer tendría que haber sido la última clase del curso que estaba dando en la Escuela de Hostelería, en el Parque Empresarial, hasta donde iba a pie cada día, pero sus compañeros se quedaron esperándola. No pudo llegar, ya que cuando le faltaban pocos metros fue abordada por su ex novio.
Según informaron fuentes policiales, el episodio de violencia machista se produjo en la avenida de Lebrija, 8, junto al centro de diálisis, pasadas las dos de la tarde. En ese momento, tanto el personal de las citadas dependencias y los usuarios, como un albañil que estaba cerca trabajando en Montealto, salieron alarmados al escuchar los gritos de “socorro, ayuda, ayuda” de la chica.
No dio tiempo a más. Todo fue muy rápido. Varios enfermeros fueron testigos y cuando se dieron cuenta la joven estaba tirada en el suelo, mientras que su supuesto agresor cruzaba la carretera en dirección a Montealto con la presunta arma homicida: un cuchillo de tamaño mediano en la mano, seguido de dos hombres -algunas fuentes dicen que también fueron profesionales del centro y que finalmente se volvieron al lugar de los hechos para asistir a la chica. El supuesto autor, también regresaría por su propio pie al poco tiempo, para reconocer los hechos.
Hasta ocho enfermeros del centro lucharon por salvar la vida a la víctima mientras que no llegaba el 061, pero como lamentaron a este periódico visiblemente afectados algunos de ellos, “estaba muy mal”. La Policía Local, cuya jefatura se encuentra muy cerca, se personó de inmediato y acordonó la zona, y rápidamente se sumó también una patrulla de la Nacional. Desafortunadamente, pese a los intentos de reanimación de los efectivos del 061, Miriam fallecía al poco tiempo.
El amplio cordón policial desplegado, que obligó a cortar el tráfico en las inmediaciones del suceso, y el que se tratase de una zona especialmente confluida (próxima a la avenida Reina Sofía) y cercana a varios colegios, dejó muchas caras de incredulidad entre vecinos y los transeúntes, entre ellos muchos estudiantes.
El presunto autor de los hechos fue detenido en la zona por el 092 sin oponer resistencia tras reconocer los hechos y permanece en los calabozos de la Comisaría Nacional de Policía, estando previsto que hoy pase a disposición judicial.
La víctima no lo había denunciado
La Policía Nacional ha confirmado que no constan denuncias previas de la joven de 21 años apuñalada contra su presunto agresor. Según indicaron fuentes policiales, no existen denuncias anteriores, ni orden de alejamiento contra el acusado, que sí tiene antecedentes por otro tipo de delitos contra las personas.
“¡Me la han matado; me han matado a mi niña!”
Los gritos y el llanto se apoderaron de la familia de la fallecida en un bloque de San Benito al enterarse del fatal desenlace. Una de sus hermanas se llevaba las manos a la cabeza rota por el dolor. “Que me la han matado; me han matado a mi niña”, gritaba.
Mientras tanto, una hora antes en el lugar de los hechos, una de las ciudadanas que llamó a 112, no se explicaba la sangre fría del supuesto agresor. “Iba en mi coche y de repente por poco lo atropello. Era moreno, alto e iba corriendo con un cuchillo en la mano. Creí que habría dado un tirón del bolso a alguien. Cuando fui a ver qué pasaba vi a la chica tirada en el suelo con toda la camisa llena de sangre. Estando allí él regresó, y cuando llegó la Policía y preguntó quién había sido, dijo que él la había apuñalado, estaba tranquilo y preguntó cómo estaba ella”.
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