La operación tuvo lugar el pasado martes en el distrito de Guzara y tenía como objetivo acabar con la vida de un líder talibán identificado como Gholam Yahya Akbari, que falleció durante el ataque.
Al día siguiente, la Policía afgana denunció que el bombardeo causó la muerte de al menos seis mujeres y dos niños, por lo que la comandancia envió un equipo de investigación sobre el terreno para identificar a los fallecidos, según un comunicado de la comandancia.
"Los investigadores encontraron armas y municiones en el lugar y los oficiales del Ejército afgano se reunieron con los líderes del pueblo tras el suceso", recogió la nota.
La ONU informó este mes de que el año pasado más de 2.000 civiles perdieron la vida a causa del conflicto afgano, la cifra más alta desde que los talibanes fueron desalojados del poder en 2001.
Según el desglose del organismo internacional, un 55 por ciento de los civiles fallecieron en acciones atribuidas a los talibanes, mientras que el Ejército afgano y las tropas internacionales fueron responsables de la muerte de un 39 por ciento, y el resto no se pudo achacar a ninguna de las dos partes de forma directa.
Además, la ONU denunció que los ataques aéreos continúan siendo la causa del mayor porcentaje de víctimas civiles -un 64 por ciento- entre las muertes atribuidas a las fuerzas progubernamentales.
En la provincia de Herat se encuentra desplegado parte del contingente español desplegado en Afganistán dentro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN.
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