La presencia de escombros en lugares donde no le corresponden es sin duda preocupante, pero no es una cuestión cuya culpa se deba achacar siempre de manera exclusiva a las administraciones. Desde luego, pone en evidencia una falta de civismo y de respeto para con el entorno, y al mismo tiempo para con el resto de los ciudadanos que debe ser perseguida y sancionada. Los restos de construcción tienen asignados unos espacios controlados donde, cuando hacemos reformas u obras, hay que depositarlos, bien contratando un servicio especializado, o, llevándolos a un Punto Limpio habilitado al efecto. No se entiende la querencia que tienen muchas personas a dejar abandonado todo lo que le sobra donde mejor les viene en gana, sin considerar los problemas que acarrean para el resto, y que en muchos casos, se deteriora el medio urbano sin necesidad alguna. Para los muebles y enseres que reponemos y vamos a tirar hay un servicio municipal que se encarga de ellos, y para los escombros, hay puntos limpios a los que desplazar, de forma gratuita, lo que nos sobra. Otra cosa es que provengan de obras ilegales, ya que aquí, hay un añadido, pues quién está arrojando esos restos de construcción, está también además, estafando al resto de los ciudadanos, ya que no paga lo que corresponde por la tasa o licencia de construcción correspondiente.
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