Es el día en el que la ciudad recuerda sus orígenes. La fiesta religiosa con mayor sabor e historia y que ha marcado los tiempos de la Sevilla milenaria.
Es el Corpus Christi el día en el que no sólo más brilla el sol, también es la jornada en la que los sevillanos recrudecen los males para reencontrarse consigo mismos. Todo es color y luz. Los balcones repletos de espigas y racimos de uvas entre mantones de manila. Los altares se hacen arquitectura de las fachadas más añejas. El verde del romero redunda en un perfume que merodea por todo el centro de la ciudad. Pasos, calices, bandas, militares y un sinfín de autoridades que conformar el marco perfecto en la alabanza de Sevilla al Sacramento del Altar.
Todo comenzaba a las 8.30 horas con el inicio de la función eucarística en el Altar de Jubileo de la Catedral hispalense, presidida por el arzobispo Juan José Asenjo junto al obispo auxiliar Santiago Gómez, además de la concelebración del obispo de Lourdes (Francia) que quiso conocer muy de cerca una festividad con relevancia a nivel nacional.
A esa misma hora y tras los laudes del Cabildo Catedral, los niños carrancanos y el guión sacramental del Sagrario abrían el extenso cortejo desde la Puerta de San Miguel para comenzar a recorrer un itinerario que les llevaría a tomar la Avenida de la Constitución, la Plaza de San Francisco, Sierpes, Plaza del Salvador, Francos, Alemanes y Plaza Virgen de los Reyes para entrar por la Puerta de los Palos.
Mientras tanto, el arzbobispo versaba a las autoridades civiles y militares presentes bajo las naves de la Seo sevillana sobre la importancia de los mensajeros de Dios. "No tengamos miedo a hablar de Dios ni a mostrar la Eucaristía como el mayor tesoro de la Iglesia", decía Asenjo en la homilía. Tras la consagración y posterior comunión, los niños Seises bailaban ante la Custodia de Juan de Arfe en los momentos previos al inicio de la procesión del último de los pasos. Antes, Santa Ángela de la Cruz, Santas Justa y Rufina, San Isidoro, San Leandro, San Fernando, la Inmaculada Concepción, el Niño Jesús del Sagrario (volvía a procesionar tras la importante restauración del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico) y la Custodia de la Santa Espina lucían bajo un sol radiante, aunque no caluroso.
Eran las 10.45 horas cuando la Sagrada Custodia se disponía a salir a la calle, algo más tarde de lo que habitúa. El clero antecedía al gran monumento de más de 300 kilos de plata en el que se mostraba el Señor Sacramentado en el viril de oro. Y Sevilla lo esperaba. Con rezos, timoratos vivas y petaladas la ciudad se arrodillaba ante el único paso sevillano que no lo portan costaleros.
Tras cruzar la portada dedicada a la capilla de Los Estudiantes en la Plaza de San Francisco y ante la Virgen de la Hiniesta Gloriosa tuvo lugar el primero de los dos motetes (composición polifónica de cantos, de texto comúnmente bíblico). La portada representativa de la capilla del Rocío de Triana conformaba el nexo de unión con Sierpes. Posteriormente, éstos cantos se efectuarían en la Plaza del Salvador. Así duscurrió, deteniéndose delante de cada altar dispuesto para exaltar aún más dicha fiesta religiosa. Eran las 12.30 horas cuando por la Plaza Virgen de los Reyes la Custodia se detenía para recibir los honores del escuadrón del Ejército, aplaudido a su paso por tal enclave.
Una vez dentro de la Catedral el acto finalizó con la exposición del Santísimo y la bendición final del arzobispo tras una mañana en la que Sevilla volvió a sentir con fuerza la que es la celebración religiosa que más perdura en el libro histórico de la capital.
Concursos, procesiones y jura de bandera
En la noche de la Víspera, como es costumbre, se dio a conocer al ganador de los altares que las hermandades disponen para el día del Corpus. Fue el expuesto por la cofradía de San Isidoro en la calle Francos el que resultó ganador por el jurado conformado para el galardon del Ayuntamiento. El de las Siete Palabras en la Plaza del Salvador obtuvo el segundo premio.
Igualmente, el Ayuntamiento y la Capitanía General de Sevilla, que comparten el patronazgo de San Fernando, han organizado para este jueves una jura de bandera que se desarrollará desde las 19,30 horas en la Plaza Nueva, donde se colocarán gradas para los familiares de la tropa y de quienes juren bandera y para el Batallón del Regimiento de Guerra Electrónica con base en El Copero, entre otros.
Una vez concluya el acto militar, desde la Plaza de San Francisco procesionará de regreso a San Julián la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, patrona del Consistorio hispalense. Será a partir de las 21.00 horas. Antes retornó, en este caso al templo de Los Terceros, el misterio de La Cena extraordinariamente conformado por el Año de la Fe. En torno a las 16.00 horas, acompañado por una gran masa de sevillanos y con los sones musicales de Las Cigarreras, regresó tras presidir como cada año el altar del arzobispado.
Al margen de las actividades que se celebrarán este mismo jueves, la celebración del día de San Fernando y el Corpus vendrá acompañada también de otras iniciativas que se desarrollarán a lo largo de la semana, como el concierto con obras de Vivaldi que la Asociación Coral de Sevilla ofrecerá este viernes día 31, a las 21,00 horas, en la iglesia del Salvador, o el de música renacentista que acogerá la Parroquia de San Nicolás de Bari el sábado día 1 de junio desde las 21,00 horas.
Estas actividades, junto a las desarrolladas por la Catedral de Sevilla y la tradicional novillada, el 30 de mayo, serán difundidas a través de Internet y de las oficinas de turismo.
Servicio especial de Lipasam
Por otra parte, con motivo de estas festividades, la empresa municipal de limpieza del Ayuntamiento (Lipasam) ha dispuesto un plan especial que comenzó este lunes y estará en vigor hasta este sábado día 1 de junio.
Así, según la información facilitada por el Consistorio, la principal novedad que incluirá este plan será la del refuerzo del servicio de limpieza de cera, para el que se movilizará en horarios de tarde y noche a un total de 52 operarios organizados en cuatro equipos con 27 vehículos que ejercerán su labor en las zonas de la ciudad por las que pase la procesión.
Previamente, entre las 6,30 y las 14,00 horas, un servicio de intervención rápida actuará para atender a cualquier eventualidad que pueda surgir en materia de limpieza y, una vez finalizada la procesión, de 11,00 a 14,00 horas, un servicio combinado de barrido manual, mecánico y mixto realizará la limpieza de la Avenida de la Constitución, la Plaza San Francisco, la calle Cuna, la Plaza El Salvador, Francos, Alemanes, Plaza Virgen de Los Reyes, Plaza del Triunfo y Fray Ceferino González, con el objetivo de permitir su apertura al tráfico rodado.
Además, habrá servicios de limpieza previos y posteriores a los traslados de las hermandades de la Hiniesta y la Cena, y, entre las 13,00 y las 21,50 horas se aplicará un tratamiento de barrido mecanizado y mixto con la colaboración de dos brigadas para rematar la limpieza realizada por la mañana en todo el itinerario de la procesión y calles adyacentes, así como de las zonas de bares y otros establecimientos hosteleros.
Igualmente, se pondrá en marcha el servicio de intervención rápida para atender a cualquier situación de carácter urgente que pueda presentarse en relación con la limpieza de las zonas afectadas.
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