Visto lo visto parece que el PP legisla simplemente para cabrear al personal, y no en beneficio de todos. Lo hemos visto, de la manera más clara y rotunda con la ley de educación del ministro Wert que ha tenido la virtud de poner en contra a toda la comunidad educativa de un texto que hace retroceder la enseñanza en nuestro país del orden, dicen, de 20 ó 30 años; pero también con la Ley de Costas, que ha dejado en entredicho a Medio Ambiente, puesto que le han llovido críticas por el retroceso que supone en la protección del litoral. Ahora también, se suma el malestar de los colectivos conservacionistas (Ecologistas en Acción y WWF), que han reiterado su rechazo al Plan Hidrológico de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir aprobado el pasado viernes en Consejo de Ministros, al entender que no aporta medidas para mejorar la calidad del agua del río, pero sobre todo, por lo que a Huelva se refiere, porque perjudica al espacio natural de Doñana. De nuevo Doñana. Parece, que siempre Doñana. Lo primero es que, una vez más, no se realizan las cosas consultando a quienes día a día están en primera fila, ya que se ha perdido la oportunidad de contar con informe del Consejo de Participación de Doñana, un órgano participativo aquilatado que mucho de bueno puede aportar. Pero es más grave aún que como destacan desde WWF que los datos que ha aportado el Gobierno en relación al impacto que puede generar el plan en el acuífero Almonte-Marismas son erróneo,s ya que se indica que no existe un descenso del caudal de ese acuífero, cuando hay datos de la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que demuestran lo contrario. No sabemos si es torpeza o muy mala intención. Desde luego, poco interés por el ciudadano.
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