Acudir de compras en vehículo propio es misión imposible en numerosas zonas de la capital, pero la Avenida de Andalucía-Gran Eje es una de las grandes perjudicadas desde hace años. Desde la Federación Comercio Jaén han lanzado varios SOS para mejorar la accesibilidad.
El termómetro comercial de la zona, con el paso de los meses, marca unas elevadas temperaturas que reflejan el estado de preocupación de los comerciantes que abren sus negocios para ver cómo bajan las ventas y hay días que no reciben a ningún cliente. Han bajado las ventas y las persianas de numerosos negocios en la zona, en la que la falta de aparcamientos se ha convertido en un lastre. “Antes dejaban el coche en doble fila y podían hacer sus compras. Pero llevamos años que ni así.
Entran con prisas en los negocios y apenas les da tiempo de ver los productos. Siempre con prisas”, valoró a VIVA JAÉN Ana Pegalajar, responsable de 'Tonterías' en la zona.
Entre las peripecias de quienes quieren comprar y debido a las dificultades del aparcamiento no pueden, Elisabet Zafra, de la zapatería Estévez, aseguraba que ha llegado a atender a una clienta desde su coche. “Había visto un par de zapatos que le gustaba. Volvió y se lo cobramos permaneciendo ella en el coche, porque en caso de multa, iba a salirle cara la compra”, dijo.
La bajada de las ventas ha sido “muy pronunciada” en el comercio en general, pero esta zona de la ciudad está viviendo “los peores años”. Ana Pegalajar destacaba el envejecimiento de la población que reside en la zona y la nula presencia de clientes llegados de los pueblos del área metropolitana como ocurría en años anteriores. En un mes de comuniones y en el que comienzan las bodas, los negocios de regalos, prendas de vestir, complementos y zapaterías aseguran que “no se está vendiendo”.
Consuelo León, de Cloché, lleva más de veinte años con su negocio de ropa de mujer y desde hace un año se ha mudado de acera debido a la diferencia en el precio del alquiler de locales de las mismas características en la misma avenida. A la bajada de las ventas se suma los altos precios de los alquileres. “He pasado de pagar dos mil euros de alquiler a los novecientos actuales por pasarme de una acera a otra”, asegura Consuelo León.
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