“Esto no debe verse sólo como un esfuerzo extra de EEUU, y el resto de los aliados deben actuar en consonancia”, dijo Gates en la primera reunión del consejo informal de ministros que se celebra entre ayer y hoy en la ciudad polaca de Cracovia, explicó el portavoz de la OTAN, James Appathurai.
Por el momento, Gates recibió palabras de agradecimiento del resto de los ministros por los 17.000 soldados estadounidenses que se unirán a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán antes del verano.
En la actualidad hay unos 70.000 soldados internacionales en ese país, 55.000 de ellos bajo mando de la OTAN (implicada desde 2003) y el resto de la operación estadounidense Libertad Duradera, que comenzó en 2001 tras los atentados del 11-S.
Pero esta cantidad de tropas no ha podido evitar un deterioro de la seguridad y que los insurgentes talibanes hayan vuelto a ganar terreno en los dos últimos años.
Ayer los ministros coincidieron en que su prioridad este año es garantizar la buena marcha de las elecciones presidenciales del 20 de agosto.
Según Appathurai, de aquí a la cumbre del 60 aniversario de la OTAN, que se celebrará en abril en Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania), los países estudiarán su colaboración para que los comicios se desarrollen de manera pacífica.
“Los aliados quieren ser muy flexibles en la manera en la que se configuren las fuerzas y sobre cuál será su origen, eso se verá en las próximas semanas, pero sí tienen claro que el apoyo al Gobierno afgano en las elecciones es una prioridad”, dijo Appathurai.
Por su parte, la titular española de Defensa, Carmen Chacón, recalcó ante el resto de ministros que “por primera vez se ha abierto un horizonte de esperanza para revisar la respuesta aliada en Afganistán”. Valoró también el “consenso básico” sobre que la solución al conflicto no puede ser exclusivamente militar, sino también política y social.
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