Patio de monipodio

2016

En 2017 serán derribadas las viviendas que no hayan sido vendidas hasta 2016...

En 2017 serán derribadas las viviendas que no hayan sido vendidas hasta 2016. Semejante barbaridad sólo puede haber salido de alguna mente calenturienta, sin duda. De alguien de los muchos que hablan sin saber. Sin duda. Porque hay que ser muy desalmados, derrochadores, violentos, corruptos, perversos, especuladores, paraderribar unas viviendas que, si no son ocupadas antes de terminar 2016, pueden serlo posteriormente. Quizá en menos tiempo del que se piensa, a tenor de los precios. O pueden ser entregadas en alquiler módico, soportable por la economía de una familia media.

Con lo de “allanar todo y luego volver a construir montañas”, hacíamos parodia de quienes justifican cualquier sin sentido con el falso señuelo de “ofrecer puestos de trabajo”. Los puestos de trabajo se crean, en cantidad suficiente y con visos de continuidad, en la producción; en la industria y en el comercio derivado de ella. Pero derribar las viviendas no vendidas, para volver a comenzar su construcción en poco tiempo, cuando lo marque la necesidad, equivale a allanar el territorio para luego construir cordilleras.

Con un nombre de tan difícil recordatorio, le han llamado “Banco Malo”. Aunque, como no sabemos desde qué óptica viene la denominación, habría que saber cuanto de malo es lo bueno y viceversa. Si es cierto que el Banco Malo exige una bajada considerable en los precios de venta de la vivienda nueva, no será tan malo. Y, si es malo para los especuladores, será bueno para la inmensa mayoría sufridora. Hasta el momento de derribar el sobrante, porque en la vivienda, más que sobrante, lo que hay es desfase. Sobran en este momento; hay más de las que pueden ocuparse, por culpa de los precios y porque se han hechomuchas más de las racionalmente necesarias.

Pero un error no se repara con otro mayor y el interés dinerario de promotoras, constructoras e inmobiliarias, no debe primar sobre el general delos habitantes del país. Y, ya lo hemos visto, el trabajo generado puede ser un pretexto, pero no un motivo. Si después de dar salida a todas las viviendas vacías, hasta el límite de las necesidades reales, continúan sobrando, póngase cuidado en ellas y consérvense. Con el tiempo se irán justificando, porque la necesidad de vivienda es vegetativa, pero permanente. Incluso si al cabo de unos años, precisaran una revisión por el tiempo que hayan estado cerradas, será más económico que derribar y construirlas de nuevo. Y también genera empleo.

La cuestión, por lo tanto, no está planteada entre resolver o no un problema. La han planteado, muy mal, por el tremendo caos provocado por la especulación. Si el criterio especulativo continúa considerándose superior, sólo podremos ir de crisis en crisis, con el dado siempre en la mano de especuladores. Así que el Banco Malo, debería seguir siendo malo para los desalmados y crear un fondo de viviendas con opción a ser ocupadas en condiciones de adquisición, como derecho constitucional que es; guste o no a los depreda-especuladores responsables del caos.

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