La victoria del Real Jaén ayer ante el Cádiz, en La Victoria, y la recuperación del liderazgo del grupo IV de la Segunda División B, no es sino una confirmación en toda regla de su lucha por el ascenso a la superior categoría, que ha perseguido durante toda la temporada y que le permite estar por méritos propios en la liguilla de ascenso tras una campaña muy satisfactoria en la que se han ido consiguiendo objetivos peldaño a peldaño y en el aspecto deportivo el resultado no puede ser mejor, llegar a las últimas jornadas encabezando la tabla clasificatoria y con aspiraciones para dar el salto de categoría lo dicen todo del trabajo desarrollado por el técnico Manuel Herrero y el conjunto de su plantilla que ha sido una piña en la defensa de los colores, y ha contado con el apoyo entusiasta de la afición que reconoce la constancia y el tesón del histórico club durante todo el campeonato. En paralelo los rectores, con Rafael Teruel a la cabeza, han sido capaces de orillar las graves dificultades económicas que arrastraba la entidad y que hacen más llevadero el proyecto, aunque para ello haya de establecerse una hoja de ruta responsable y realista. En este momento lo que merece el trabajo de los futbolistas del Real Jaén y de todos cuantos rigen el club, y por supuesto los aficionados que lo apoyan, es un ascenso, pero aunque no se llegue a cumplir ese sueño, en el que damos por hecho que se hará todo lo posible por conseguirlo, la temporada está salvada y además el Real Jaén lo ha hecho con humildad y con dignidad, de modo que enhorabuena.
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