Ya lo recoge la frase popular: “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”. Y algo también las playas de Huelva cuando un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios las sitúa entre las preferidas del turismo nacional. Claro, que se bendice el agua, pero lo que se bebe, es el vino, o lo que es lo mismo, que tal y como está el descenso en la actividad del viajero patrio, no está de más seguir con la promoción del litoral onubense y sus playas de fina y dorada arena entre el ‘turisteo’ de fuera de nuestras fronteras. Son sin duda, los piropos cosechados por nuestro literal, un acicate para seguir haciendo bien las cosas y que debe hacer reflexionar a quienes están encargados de mantener las costas en condiciones, sobre la necesidad de no bajar la guardia, no descuidarse, como se ha denunciado, en su puesta a punto, porque Huelva, con el turismo, siempre se la juega. Y también, un toque de atención contra normativas laxas que quieren desproteger al litoral o permitir que el hormigón gane terreno a la costa, porque, más allá de sol y playa, está claro que en el caso de Huelva se ofrece limpieza, claridad, naturaleza, en muchos de sus 120 kilómetros de borde marino. Si las costas españolas son el lugar preferido por los españoles para pasar sus vacaciones, a seguir convenciéndoles de que el mejor destino, por todo lo que lleva anexo, es nuestra Huelva.
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