Vecinos del municipio malagueño de Valle de Abdalajís protagonizarán de nuevo un encierro si no se soluciona el abastecimiento de agua en 10 días, según ha indicado el portavoz de los afectados, Antonio Bravo.
La reivindicación de estos ciudadanos se prolonga en el tiempo. Desde julio del pasado año llevan esperando que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía dé respuesta a los problemas de abastecimiento de agua que unas 40 familias y seis ganaderías llevan sufriendo desde hace años.
En 2011 se firmó el proyecto y el pasado año 2012 las obras de canalización del agua desde la zona del Torcal se incluyeron en el presupuesto de la Junta de Andalucía. Estas instalaciones han concluido hace unos días, según ha informado a Europa Press el alcalde del Valle de Abdalajís, Víctor Castillo, pero aún falta la conexión a la red de abastecimiento de agua, que pertenece al municipio de Almogía, y las pruebas de presión.
Estas acciones serán ejecutadas en breve por la empresa contratada por la Junta de Andalucía, Extrasa, según se ha concretado en una reunión mantenida este martes y en la que estuvieron presentes los alcaldes de Antequera y Almogía, Manuel Barón y Cristóbal Torreblanca, y representantes de la Agencia Andaluza del Agua, Egmasa y vecinos afectados.
En el encuentro se acordó la firma de un contrato entre el Ayuntamiento del Valle de Abdalajís y Aguas de los Verdiales --que se encuentra en concurso de acreedores-- con el fin de que el Consistorio se haga cargo de gestionar el servicio del agua, tras las actuaciones de Extrasa.
"Una vez que se haga el contrato, entre el Valle y Almogía, se procederá al enganche de las tuberías a la red general de Almogía, y nosotros comenzaremos a colocar los contadores y ya podrán por fin tener agua todos los vecinos", ha señalado Castillo, quien ha añadido que "Aguas de los Verdiales pasarán un canon, que se detallará en el contrato, y nosotros lo repercutiremos a los vecinos".
En este sentido, Bravo, que también estuvo presente en la reunión, ha puntualizado que "si en el plazo de 10 días el contrato no ha sido firmado y no se ha procedido a la puesta a punto de los enganches darán comienzo las movilizaciones de los vecinos, en el mismo punto en el que se abandonaron en julio de 2012 tras dos días de huelga de hambre".
Una protesta muy similar a la que tuvo lugar en el año 2009, cuando se encerraron durante 32 días en el Ayuntamiento del municipio hasta la firma de un acuerdo "que, cuatro años después, no se ha cumplido".
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