El juez titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba, Miguel Ángel Pareja, ha absuelto a José Bretón, el padre que supuestamente asesinó a sus hijos, Ruth y José, la tarde del 8 de octubre de 2011, de la presunta comisión de un delito de maltrato de obra sin causar lesión, en el ámbito familiar, tras supuestamente pegar un bofetón a su hijo de dos años, meses antes de los hechos del 8 de octubre.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes judiciales, después de que Bretón manifestara el pasado miércoles ante el juez que es "totalmente falso" que diera un bofetón a su hijo, José, y aseguró que "para nada" cometió tal hecho, como asegura una testigo de la escena en un día de agosto de 2011, en el centro comercial El Arcángel de Córdoba capital. El fiscal y la acusación solicitaban nueve meses de prisión.
En el juicio, que se prolongó poco más de una hora, Bretón insistió en su declaración. "Jamás se me va a ocurrir pegarle a mi hijo una bofetada", y comentó que no recordaba que tuviera que reprender "nada" de la actitud de su hijo, que, según la testigo y amiga de Bretón, declaró que el menor estaba chupando la mesa de un establecimiento de comida y el padre le dio "una bofetada".
En este sentido, a preguntas del fiscal, Bretón ha reiterado que es "incierto totalmente" que golpeara a su hijo, aunque ha admitido que hay cosas de ese momento del día, en agosto de 2011, de las que se acuerda y otras que no, a lo que agrega que no se quedó solo con la testigo y su hija, en un momento en el que su mujer, Ruth Ortiz, y el marido de la testigo fueron a comprar comida en el establecimiento, algo que la testigo ha desmentido, destacando que sí se quedaron solos.
En cualquier caso, el padre de José ha detallado que el pequeño no lloró en el momento ni después de los hechos de los que se le acusa y esa noche durmió "plácidamente". Asimismo, en su último turno de palabra, Bretón ha subrayado que es "inocente" porque, a su juicio, los hechos "no se corresponden con la realidad".
"UN POCO EXCESIVO"
Mientras, la testigo, que junto a su marido mantenían una relación de amistad de más de diez años con Bretón y su mujer, ha aseverado que Bretón le pegó "una bofetada" después de que le dijera ella al padre del niño que éste estaba chupando el filo de una mesa del establecimiento de comida rápida al que habían acudido los dos matrimonios, pero en el momento de los hechos, según la testigo, se quedó a solas con Bretón junto con José y una hija de ella.
Para la mujer, la acción de la "bofetada" le "impresionó" y fue "un poco excesivo", aunque no se lo comentó a Ruth ni le reprendió el hecho a Bretón, considerando que correspondía a la intimidad de la pareja, si bien posteriormente se lo contó a su marido. Además, ha declarado que el pequeño José, de menos de dos años, no lloró tras la bofetada, en la que "la cabeza del niño se giró", pero él permaneció "como si no hubiera pasado nada".
Al respecto, la testigo ha manifestado que no sabía si era "habitual" esa acción y por eso, a su juicio, el niño no se inmutó "ni estaba asustado", a lo que añade que no le vio marca alguna del bofetón. Asimismo, tras declarar que no se lo contó a Ruth, ha señalado que veía "mucha tensión" entre Bretón y su mujer, de hecho, "presenciábamos --ella y su marido-- situaciones cada vez más tensas entre ellos".
En cualquier caso, dice que desconoce si tenían problemas Bretón y su mujer y la relación de la testigo con Bretón era "buena", a lo que ha agregado que en la actualidad "ni bien ni mal", momento en el que el abogado de la defensa le ha preguntado si ella cree que mató a los niños, pero el juez ha interrumpido y le ha pedido a ella que no contestara. Mientras, el marido de la testigo ha ratificado los hechos y ha señalado que cuando llegó a la mesa, tras pedir la comida, el niño no tenía marca ni estaba llorando.
REDUCCIÓN DE PENA
Tras elevar las partes a definitivas sus calificaciones de los hechos, la acusación particular, ejercida por la madre de los niños con la abogada María del Reposo, rebajó la petición de pena de prisión de un año a nueve meses, adhiriéndose en este caso al escrito del fiscal, por la supuesta comisión de un delito de maltrato de obra sin causar lesión, en el ámbito familiar.
Como justificación de esta decisión, la letrada destacó a los periodistas al salir del edificio de juzgados que el escrito del fiscal "estaba mejor calificado" y apostilló que vio a Bretón "igual que siempre, frío y diciendo mentiras", a lo que añade que no tiene "ninguna duda" de que la testigo "no tiene ningún interés y además era su amiga".
NO ES FORMA DE EDUCAR
Por su parte, el fiscal ha defendido que el acusado dio "una bofetada" a su hijo en "un lugar público delante de terceras personas", algo que, a su juicio, no es forma de educar tras "golpear de manera desproporcionada", en unos hechos que "han quedado acreditados" con la declaración de la testigo, que es "esencialmente consistente".
Además, considera que "no tiene sentido" que la testigo "se invente los hechos" de una situación, que para el Ministerio Público, "se sale del ámbito de lo ordinario". Mientras, la acusación ha insistido en que Bretón "niega lo que sabía" al quedarse "solo" con la testigo.
"NI OBJETIVA NI IMPARCIAL"
En cuanto al letrado de la defensa, José María Sánchez de Puerta, que pide la absolución de su cliente, ha subrayado que la testigo "no es objetiva ni imparcial", considerando que "no debe estar influenciada", pues, según el abogado, a ella "no le cae nada bien Bretón", por lo que "es una persona muy en tela de juicio".
Asimismo, apunta que a un niño de menos de dos años si se le pega "inmediatamente empieza a llorar" y habría "un hematoma, pero nada existe", y recuerda que la testigo ni le contó los hechos a Ruth, con la que tenía amistad, ni le reprochó nada a Bretón, algo que para él, "carece de lógica" y es un hecho que "se ha acentuado".
Cabe destacar que la sesión se celebró en la sala de jurado de la Audiencia Provincial de Córdoba, ante la asistencia de público y medios de comunicación, si bien para este juicio se congregaron más periodistas, una veintena, que personas para acudir al mismo. Igualmente que en los alrededores del edificio, donde en otras ocasiones con la presencia de Bretón había multitud de curiosos, algo que en esta ocasión no se registró.
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