En medio de estrictas medidas de seguridad para evitar actos violentos, los más de tres millones de fieles que han llegado a la ciudad, según cálculos no oficiales, lloran, rezan y se golpean el pecho y la cabeza en señal de duelo por la muerte en el año 680 del que fuera nieto del profeta Mahoma.
Al Husein perdió la vida en la batalla de Tuff ante los Ejércitos del califa omeya Al Yazid, a quien se negó a jurar obediencia, lo que marcó la derrota del chiísmo.
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