La Audiencia Provincial de Cádiz juzgará el próximo día 4 de abril, a partir de las 12,00 horas, a un joven de 23 años, que responde a las iniciales A.M.M., que ha sido acusado de un delito de lesiones tras agredir a un hombre de 50 años que le había recriminado a otros que encendieran un porro mientras aguardaban para acceder a la estación de ferrocarril en Cádiz; hechos por los que la Fiscalía solicita una pena de cinco años de cárcel.
Según la calificación del Ministerio Fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos sucedieron en la madrugada del 19 de febrero del pasado año 2012 mientras el acusado se encontraba en la cola de acceso a la estación de ferrocarril de la Plaza de Sevilla de la capital gaditana.
En ese momento, otro hombre que estaba guardando la misma cola, recriminó a otras dos personas que se encontraban en el lugar que encendieran un porro, momento en el que el acusado se dirigió contra éste y le propinó un fuerte puñetazo que le alcanzó en la parte superior de la nariz, así como otros dos puñetazos que impactaron en el rostro del agredido, el cual cayó al suelo, donde recibió patadas que le propinó el acusado y que recibió en distintas partes del cuerpo, hasta que gracias a la intervención del personal de la estación, el acusado cesó en su conducta violenta.
El personal de seguridad de la estación dio aviso al 091, personándose en el lugar una dotación de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que procedieron a identificar al acusado, en tanto que Ángel P. fue trasladado en ambulancia al Hospital Puerta del Mar, donde fue atendido de urgencia.
Como consecuencia de la agresión perpetrada por el acusado, Ángel P., que contaba 50 años de edad en el momento de los hechos, sufrió diversas heridas en la nariz y en un ojo, precisando para su curación de tratamiento médico y quirúrgico, presentado posteriormente diversas secuelas.
Los hechos relatados constituyen, según la Fiscalía, un delito de lesiones por deformidad, por lo que reclama para el acusado una pena de cuatro años de prisión, además de la prohibición de aproximación a la víctima a una distancia inferior a doscientos metros, y prohibición de comunicar con el mismo por cualquier medio, todo ello durante cinco años. Asimismo, le reclama una indemnización de mil euros por las secuelas causadas.
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