No es la primera vez que hablamos del portal Kiddia.org, puesto en marcha por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, aunque en esta ocasión nos vamos a centrar en una guía específica que padres y educadores tienen a su disposición para poder enfrentarse al mundo de las nuevas tecnologías, formar y educar a sus hijos, y hacer de estas nuevas herramientas tecnológicas una parte más de nuestra convivencia en familia y en sociedad, un apartado bastante importante dada la relevancia que muchos portales, foros o redes sociales tienen para nuestros menores, especialmente los adolescentes.
La guía “Educar para proteger” nos acerca a la realidad de las nuevas tecnologías desde un punto de vista práctico y, sobre todo, funcional, es decir, para que podamos dar respuesta a nuestras dudas, ayudar a nuestros menores y, sobre todo, evitar que esos riesgos que se derivan de las revolución de las nuevas tecnologías afecten a los niños. De hecho, la premisa principal es entender que los padres deben involucrarse en las nuevas tecnologías para que los niños no se transformen en “huérfanos digitales”, que no estén educados en los valores que harían que cayeran en ciertos hábitos poco saludables y que le harían vulnerables a ciertos riesgos que hay que conocer, sin tener miedo a ese nuevo mundo digitalizado.
Una herramienta que canalizar
De hecho, las TIC son una herramienta de educación, ocio, de interrelación personal y comunicación, de trabajo y de comercio, una cantidad ingente de información que debemos canalizar y regular mediante valores y comportamientos éticos que eviten los “grandes males” de las TIC, como son el individualismo, la poca implicación, el egoísmo, la insolidaridad y la exclusión.
Ante tal cantidad de información que nos ofrecen y les ofrecen las nuevas tecnologías, optar por la disciplina y la censura, según esta guía de padres, ofrece más tranquilidad pero no resuelve el problema, por lo que se apuesta por una educación en valores. La guía ofrece un ejemplo muy clarificador: “A partir de una determinada edad consentimos a nuestros hijos e hijas que salgan solos. pero antes de eso nos aseguramos de haberles enseñado el camino a casa y a la escuela, a mirar por ambos lados antes de cruzar, a no hablar con extraños y a no pasear por lugares peligrosos. De la misma madera, no hay que tenerles un miedo irracional a que utilicen las TIC, siempre y cuando nos preocupemos de enseñarles a hacerlo de manera responsable y segura”.
Aquí está la cuestión. A partir de esta premisa, todo es conocer lo que ofrecen las TIC y hacer uso de una serie de consejos que nos ofrecen en esta guía, según la edad de nuestros hijos, para intentar que sean unos buenos internautas, y que, por supuesto, las TIC no supongan un peligro para ellos.
Los padres se deben enfrentar a las TIC conociéndolas -que no quiere decir ser experto- para decidir cómo quieren educar con respecto a ellas, ayudar a obtener las ventajas y beneficios que aportan, y proteger de los riesgos. El conocimiento es necesario para “poder argumentar y negociar” con los hijos -ellos las han asimilado de forma natural- y para no “sentirse en desventaja y sin autoridad en el proceso educativo”, sea cual sea la edad del menor.
En la citada guía -que está disponible en el portal Kiddia.org- nos recomiendan dónde ubicar las TIC -mejor en la sala de estar que en el dormitorio, con normas de uso racionales y sin imposiciones sin sentido-; cómo regular los tiempos de juego y detectar el problema -la pelea debe ser con el marcianito y no debe traspasar ese mundo virtual con actitudes violentas-; y conocer cómo se relacionan con ellos: igual que les preguntamos qué han dado en clase, también debemos saber a qué videojuego están jugando, sin espionajes o prohibiciones que generen desconfianza.
La guía ofrece un consejo muy práctico: “la educación comienza por el sentido común. Si adoptas medidas sensatas, en las que tus hijos e hijas sientan que te interesas por sus necesidades, irás por el buen camino”.
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