El abogado del quiosquero, Julio González Escobar, informó ayer a Efe de que su cliente salió de la cárcel en la noche del miércoles por orden del Juzgado de Instrucción 12, con la prohibición de acercarse a los nueve menores que lo denunciaron, a sus domicilios o a su centro escolar.
Además, le prohibió acudir al quiosco donde trabaja y donde supuestamente se produjeron los abusos, así como acercarse a menos de 500 metros de cualquier centro docente de Sevilla.
La libertad de F. J. F. S, de 36 años, se decretó a los veinte días de su ingreso en prisión, sin necesidad de fianza, con la sola obligación de presentarse en el Juzgado cada quince días y con el apoyo de la Fiscalía de Sevilla.
El letrado va a recurrir la orden de alejamiento de colegios por la dificultad de cumplirla en sus términos exactos, ha explicado González Escobar a Efe.
La orden de libertad se dictó después de la declaración ante la juez, el pasado miércoles, de uno de los menores, un chico de 11 años que confirmó que el quiosquero le tocó las nalgas cuando le registraba para averiguar si le había sustraído algo de su negocio.
Su hermana de 14 años manifestó que el imputado le sacó la lengua y le hizo un comentario lascivo cuando la niña le pidió una chuchería con forma de lengua.
El tercer testigo, según dijeron a Efe fuentes del caso, no manifestó haber sufrido ningún abuso pero aseguró que el imputado mantenía actitudes similares a las dos citadas con otros niños del barrio.
Por dos de los nueve delitos que le imputó la Policía, el acusado cumplió prisión incondicional desde el pasado 23 de enero en base a la gravedad de los hechos y la alarma social producida.
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