Cierto que llevamos bastantes días pendientes del tiempo pero las últimas lluvias van a permitir disfrutar de uno de los tesoros más impactantes que posee Andalucía: su naturaleza. La riqueza de nuestra orografía hace posible que podamos vivir, disfrutar, sentir y apreciar tal infinidad de paisajes que nos acercan a un auténtico mapamundi pero tan accesibles que sólo se necesita coger el coche y acercarse a un universo en el que se mezclan la naturaleza y el hombre de una forma especial, una experiencia que en cada provincia, en cada comarca, en cada espacio natural es diferente, es inolvidable.
A veces es difícil describir a Andalucía, por su riqueza, por sus contrastes, por su diversidad, por sus gentes... el único consejo es vivirla pero más aún si de lo que se habla es de su naturaleza: desde las cumbres nevadas hasta el clima tropical, desde la dehesa que salpica las sierras hasta la placidez de los manantiales del Guadalquivir, de la humedad de los lluviosos bosques de Grazalema a la belleza salvaje del desierto de Almería, de las recónditas sendas de cualquier de las Axarquías a las actividades deportivas de más riesgo que uno haya soñado. Y todo lo ofrece Andalucía.
La clave de esa diversidad está en los contrastes microclimáticos y paisajísticos que salpican la comunidad autónoma, la que más espacios naturales protegidos posee en España, cada uno con sus propias características, por su geografía pero también por su herencia cultural, que salpica esos pueblos y esas costumbres que forman parte del patrimonio natural andaluz. Lugares tan emblemáticos como los Parque Nacionales de Doñana y Sierra Nevada en Granada, declarados Reserva de la Biosfera ; el Parque Natural de Cabo de Gata en Almería o el de Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el segundo parque natural más grande de Europa, o la Sierra de Grazalema en Cádiz son buena prueba de una tierra que ofrece mucho para disfrutar.
Fuertes contrastes
El principal atractivo del paisaje andaluz radica en sus fuertes contrastes: serranías y playas, desiertos y marismas, vegas y campiñas donde alternan los cultivos mediterráneos, dehesas,... Por lo contrastado de sus paisajes, por la situación geográfica de Andalucía, y por la variedad de sus climas, Andalucía puede presumir de una gran diversidad de especies que agrupa multitud de aves, mamíferos, reptiles... La cubierta vegetal natural, con la presencia de encinas, alcornoques, pinos,... conviven con una sucesión de olivares que conforman un manto idílico que envuelve a todo el territorio andaluz. La riqueza de su flora y su fauna confiere una característica especial a cada una de estas áreas protegidas, influyendo de forma destacable en la historia, las costumbres y la vida de los habitantes que viven en estos entornos.
El enclave natural de Andalucía conquista al visitante más atrevido, al que desea disfrutar activamente de las ventajas de su situación geográfica o al que prefiere deleitarse con sus rincones más escondidos. La oferta de instalaciones, hospedaje, actividades lúdicas o deportivas de cada zona es impresionante, tan variada como la propia naturaleza que Andalucía pone a disposición del visitante.
Andalucía cuenta con una vasta red de Espacios Naturales, que suponen aproximadamente el 18% de su territorio, caracterizados como Parajes, Parques o Reservas, lo que la coloca a la cabeza de las comunidades españolas en la defensa de su patrimonio medioambiental.
Especial atención hay que otorgarle a los Parques Nacionales, áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación es clave, no sólo para las autoridades, sino también para el visitante que es capaz de reconocer un tesoro que merece la pena preservar.
Una pequeña pincelada de los parques naturales
Es difícil de escoger entre la oferta de parques naturales que posee Andalucía, al margen de parques nacionales, parajes protegidos o reservas naturales que salpican la comunidad, aunque no es mala idea darles una pincelada de cada uno de ellos.
Si desea ver riqueza biológica pero también los primeros asentamientos del hombre en la comunidad, acérquese a la Sierra María-Los Vélez, en Almería, aunque si lo que prefiere es el contraste entre población y las riquezas ecológicas de una marisma casi intacta puede acercarse al Parque de Cádiz con su suave clima mediterráneo.
Si prefiere los bellos paisajes naturales puede optar por la Sierra de Huétor o la de Despeñaperros, con sus cordilleras como protagonistas, o los contrastes montañosos y de dehesas que ofrece la Sierra de Andújar, todo siempre con una inigualable variedad de fauna y flora.
Salpicados por sorprendentes barrancos están la Sierra de Castril, la de Baza o la de las Nieves, y por naturalezas para disfrutar y estudiar, habría que recomendar los parques de Hornachuelos, el de Cardeña y Montoro o la indudable belleza que ofrece el Parque Natural de los Alcornocales situado entre las provincias de Cádiz y Málaga.
De la riqueza de la costa que ofrece el parque marítimo-terrestre del Estrecho podemos pasar a uno de los emblemas de Andalucía, las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, reserva de la Biosfera, Coto Nacional de Caza y Zona de Especial Protección para las Aves, además de ser el parque más visitado por su impresionante riqueza natural, cinegética, cultural e histórica.o quedarnos en la fusión perfecta entre hombre y naturaleza de Sierra Mágina, algo que también ofrece la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Y si de nieve se trata, Sierra Nevada es la opción preferente aunque la seña de identidad de Andalucía, el Guadalquivir, lo puede vivir en las Sierras Subbéticas cordobesas. Algo más al sur, del Atlántico parte el parque de La Breña y Marismas de Barbate, pero unos kilómetros más arriba tiene la opción de la Sierra de Grazalema, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Y si de emblemas se trata, acérquese a Doñana, o a los azules infinitos del Cabo de Gata-Níjar, sin olvidar la riqueza de los Montes de Málaga, el impresionante macizo de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, o la tranquilidad y la belleza del Parque Natural de la Sierra Norte.
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