Unos 60 activistas de la organización se trasladaron a las 7.00 horas al paraje de El Algarrobico, en Carboneras (Almería), donde en aproximadamente seis horas taparon totalmente los 65.000 metros cúbicos de hormigón que conforman el inmueble promovido por la mercantil Azata del Sol, sobre el que han desplegado una pancarta con el lema "Parque Natural sin hotel ilegal".
Numerosos agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local vigilaron la protesta, que transcurrió con tranquilidad pero que finalizó con una denuncia de la empresa contra los activistas ante el puesto del instituto armado en Carboneras.
Greenpeace, que protagonizó ayer su cuarta acción en este espacio del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, informó de que su intención con este acto era la de forzar al Ministerio de Medio Ambiente a demoler en el más breve plazo el edificio, por lo que le instó a abandonar la "pasividad" en torno a este tema.
"Que tome las riendas y lidere el proceso" de derribo, instó el colectivo a la ministra Elena Espinosa, a la que exigió una hoja de ruta "clara" con plazos, reuniones con la Junta de Andalucía y, finalmente, una fecha estimada para derrumbar el hotel.
Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente remitió una nota en la que respondió al grupo que colaborará con la administración andaluza en la demolición de El Algarrobico, algo que, según esta comunicación oficial, no se producirá antes de que culmine el complejo proceso judicial abierto en torno al hotel.
Defendió además el Ministerio su actuación sobre El Algarrobico al afirmar que "nunca" ha dilatado "ningún" proceso relacionado con la edificación hotelera.
El informe de la Abogacía del Estado
Esta puntualización por parte del Ministerio deriva de un informe elaborado por la Abogacía del Estado en el que aconseja que cese el proceso expropiatorio emprendido en tanto se resuelven los recursos interpuestos ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a la sentencia que consideró nula de pleno derecho la licencia de obras del hotel.
El Juzgado de lo Contencioso 2 de Almería apreció que esta licencia incurrió en una infracción urbanística muy grave, pues la construcción afectó a suelos urbanizables de especial protección.
El Ministerio argumenta que mantener la expropiación sería un "claro ejemplo de ineficacia" de la actividad administrativa y de "ineficiencia" en la gestión de los fondos públicos.
Por el contrario, Greenpeace replicó que desistir del proceso de expropiación de El Algarrobico supone "abandonar" las opciones reales de demoler el hotel promovido por Azata, cuyo portavoz, Antonio Baena, criticó la protesta del colectivo, que tildó de "atropello" carente de "justificación alguna".
También trasladó su "disgusto" ante la acción de los activistas Rosario Fernández, segunda teniente de alcalde y hermana del regidor de Carboneras, Cristóbal Fernández (PSOE).
Los Verdes aplaudieron ayer la acción de Greenpeace en un comunicado en el que criticaron lo que entienden como "contrarreforma ambiental" de los presidentes del Gobierno central y andaluz, José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves, respectivamente, a los que el grupo acusó de "relajar" la protección del medio litoral para impulsar la construcción.
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