La historia de Antonia Arroyo podría tener un final feliz para ella y triste para los presuntos autores del robo de su bebé. Tras denunciar en VIVA JAÉN que dio a luz a un niño en 1990 en el Maternal de Jaén, hoy Materno-Infantil, del que le dijeron a los cuatro días que había muerto y tras comprobar hace unas semanas que no constaba en el registro del cementerio y que ni el ataúd ni el cuerpo estaban donde su esposo vio cómo lo enterraban, la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa) se puso ayer en contacto con Antonia para comunicarle que tenían conocimiento de una niña que nació en la misma fecha y que fue entregada a unos padres de una localidad de la provincia de Jaén.
Los abogados de la asociación están trabajando en el caso, ya que la niña adoptada de forma presuntamente ilegal, no conoce los hechos y quieren llevarlo con discreción, según explican desde la asociación y la propia Antonia Arroyo.
En principio la madre se sorprendió de la noticia ya que el bebé que le enseñaron en el Maternal era un niño. “Yo no vi a mi hijo al nacer, por lo que no sé si era niño o niña; yo solo sé que me enseñaron un niño muerto y congelado”, explica Antonia.
ADN
La madre ha explicado al periódico que está dispuesta, tal y como le han demandado desde la asociación, a hacerse la prueba de ADN para comprobar si se trata o no de su hija. Además, asegura que presentará denuncia en la Fiscalía de Jaén con los indicios que hasta ahora han recogido y mucho más si se confirma que esta niña, que ahora tiene 23 años, es su hija. Antonia Arroyo recuerda que no sólo no han encontrado el registro del entierro ni el cuerpo de su bebé, sino que el expediente del hospital tiene una anotación en la que se puede leer que se trataba de “un hijo no deseado”.
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