La banda terrorista ETA necesita alrededor de medio millón de euros al año para subsistir con las estructuras con las que cuenta en la actualidad, 15 meses después de su declaración de cese definitivo de sus actividades. Estos son los cálculos de los expertos en la lucha antiterrorista consultados por Europa Press.
Estas fuentes sostienen que la banda está cada vez más mermada y sus estructuras mas reducidas si bien admiten la dificultad de cifrar el número exacto de militantes integrados en la organización que se mantienen en la clandestinidad, aunque baraja que la 'plantilla' terrorista está entre 30 y 40 pistoleros.
Esta es la cuenta que resulta de las detenciones practicadas en los últimos tiempos de terroristas en activo e integrados en alguna de las famélicas estructuras etarras. Sólo en lo que va de año, las fuerzas de seguridad francesas en colaboración con las españolas han arrestado a cuatro terroristas en territorio galo. Todos ellos tenían responsabilidades en ETA.
SALIDAS A VENEZUELA
Además, las fuentes consultadas advierten de que en los últimos tiempos una quincena de militantes han abandonado sus escondites en Francia trasladándose a Sudamérica, principalmente a Venezuela.
En los cálculos de las fuerzas de seguridad no se incluyen aquellos casos de personas que han huido de España temerosos de ser detenidos y a los que luego la organización no ha dado cobijo en sus filas. En estos casos reciben de la banda un pasaporte falso y se les comunica que deben velar ellos mismos por su seguridad.
En el momento en el que ETA decretó su cese definitivo de la violencia, las fuerzas de seguridad consideraban que la banda había hecho acopio de dinero suficiente como para mantenerse varios años. Se sospechaba que los terroristas tenían en su poder una cantidad que rondaría los tres millones de euros repartidos por varios puntos de la geografía francesa para evitar que una operación policial supusiera un golpe irreversible a las arcas de la organización.
ACOPIO DE DINERO PREVIO A LAS TREGUAS
Atribuían esta capacidad económica de la banda a cuantiosas aportaciones recibidas por algunas grandes empresas antes de que los terroristas declarasen su alto el fuego "general" --en enero de 2011-- con el que pusieron fin al cobro del llamado 'impuesto revolucionario', la principal fuente de financiación de la organización criminal.
Sólo uno de los pagos efectuados en los últimos años por una de estas grandes firmas ya supuso hasta el 20 por ciento de lo que necesita ETA para mantenerse durante un año. Hace años la banda necesitaba al menos cinco millones de euros al año para mantener a todos sus comandos y estructuras.
En los depósitos donde ETA esconde dinero suele haber siempre una libreta en la que los etarras que acceden al zulo deben especificar la cantidad de dinero retirado y la fecha para llevar el control de las cuentas. Esta pista sirve también a las fuerzas de seguridad para saber si el zulo ha sido visitado recientemente o es viejo. También se ha dado el caso de zulos que han sido abandonados por ETA al temer que eran controlados por las fuerzas de seguridad.
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