Pocas veces se pone un partido de cara tan pronto como el que los amarillos terminaron ganando al Real Betis B, pero menos veces aún se suman tres puntos haciendo tan poco.
La tercera victoria consecutiva es tan bienvenida como inmerecida en un partido cuyo resultado más justo habría sido el empate. Los locales abrieron el marcador de penalti, pero no dieron dos pases seguidos y desesperaron por momentos a una afición que sufría viendo cómo el colista dominaba el juego, eso sí, demostrando su incapacidad para crear oportunidades claras de gol.
Muy bien comenzaron las cosas para los amarillos, que pronto se vieron por delante en el marcador. Una rápida acción de Carlos Álvarez dentro del área terminó con un recorte al portero, que, impotente al llegar tarde, derribó al delantero cadista. El penalti había sido claro y así lo decretó el colegiado Domínguez Cervantes, dando la oportunidad a Pablo Sánchez de poner en ventaja al Cádiz CF.
Hasta ese momento el partido sólo tenía color amarillo ante un Betis B desbordado por el buen comienzo de los hombres de Raúl Agné. Un par de dudosos fueras de juego evitaron contragolpes de los locales, que querían rematar a un rival herido tan pronto.
Sin embargo, con el paso de los minutos se fue asentando el filial bético y yéndose abajo los amarillos. Los verdiblancos intentaban llegar a la portería de Aulestia, pero se estrellaban contra la muralla defensiva cadista y un buen centro del campo, por lo que la solución eran los disparos lejanos. Alexander y Tejedor probaron fortuna y no se fueron lejos de la portería, este último en un remate de córner tras un apurado despeje del meta Aulestia.
Las buenas acciones de Granell y un par de pases en largo dejaron ver de nuevo que se complementa a la perfección con el todoterreno Fall para formar la pareja titular en el centro del campo de un equipo que sigue teniendo un amplio margen de mejora.
Aridai pidió el cambio por lesión y eso trastocó los planes de Óscar Cano, que tuvo que dar entrada a Querol para mantener el mismo esquema de juego y la idea de fútbol, aunque ya por detrás en el marcador del Carranza.
Lo mejor que podía pasarle al Cádiz CF era que llegara el descanso porque los béticos se estaban yendo arriba y parecía mucho más cerca el tanto del empate que el segundo gol amarillo, justo la la sensación contraria a la que había en los primeros minutos.
La segunda mitad se inició tal y como había terminado la primera, con el colista dominando y el Cádiz CF en busca de un contragolpe que le permitiera marcar el segundo. Los papeles estaban cambiados entre ambos equipos y el teóricamente inferior era amo y señor del encuentro.
Sorprendió el primer cambio de Raúl Agné al retirar tan pronto al capitán Pablo Sánchez. Al salir del terreno de juego el gaditano se colocó a Viyuela en una banda, manteniéndose Juan Villar en la otra con Carlos Álvarez y Peragón haciendo las veces de mediapunta y delantero.
Pasaban los minutos y no cambiaba la decoración, el filial bético dominaba sin crear ocasiones claras, pero lo corto del marcador mantenía en vilo a la afición local, tristemente acostumbrada a los disgustos en los últimos años.
La entrada de Calderón a una banda cambió el ataque cadista, ya que Juan Villar se hizo cargo de la mediapunta. El onubense ya venía actuando tanto de enganche como de delantero antes de la incorporación al equipo de Carlos Álvarez, cuya entrada en el once titular había devuelto al 8 a su lugar natural, la banda.
El ambiente era frío como el hielo en una tarde de Carnaval por toda la ciudad y esa temperatura se había instalado en el juego amarillo, plagado de errores en los controles y los pases, algo que abortaba todas las oportunidades de hilvanar alguna contra que sentenciara un partido que se estaba poniendo peligroso.
Aulestia atajó un disparo lejano a falta de cinco minutos. No había sido demasiado peligroso, pero los intentos béticos, unidos a la incapacidad local, mantenían en vilo al cadismo.
Por fortuna, Juan Villar volvió a ver puerta en los instantes finales. Primero dispuso de una oportunidad a la media vuelta que se perdió fuera. Acto seguido no perdonó y batió a Ayala al cazar un balón suelto dentro del área.
Con el tanto de Villar murió un partido para el olvido y desesperación de la afición cadista, que ve cómo el equipo gaditano sigue mejorando sus resultados, pero no el juego. Ganar al filial bético costó la vida y eso que los verdiblancos son inocentes a más no poder en ataque. Ahora toca pensar en el Sevilla Atlético para seguir escalando y mejorando.
- Ficha Técnica -
Cádiz CF - 2: Aulestia, Moke, Josete, Albentosa, Tomás, Granell, Fall, Pablo (Viyuela, m. 59), Villar (Aitor Núñez, m. 89), Peragón y Carlos Álvarez (Calderón, m. 73).
Real Betis B - 0: Ayala, Palancar, Borja, Tejedor, Varela, Carlos García (Isaac, m. 75), Fausto, Eneko, Álvaro (Sergio, m. 62), Ariday (Querol, m. 24) y Álex.
Goles: 1-0: Pablo Sánchez (penaltli, m. 6) y 2-0: Villar (m. 88).
Árbitro: Domínguez Cervantes (Colegio andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a Ayala (m. 6), Albentosa (m. 40), Fall (m. 50), Carlos García (m. 67), Isaac (m. 76), Villar (m. 77) y Eneko (m. 77).
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada número 25 Liga en el Grupo IV de Segunda División B. Unos 4.500 espectadores se dieron cita en el estadio Ramón de Carranza.
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