La semana más turbulenta de los últimos meses se cierra en el Racing Portuense. Las aguas zozobraron con las últimas tres dimisiones de directivos y el fútbol acabó relegado a un segundo plano. Peligroso para un equipo que empieza a sufrir la inestabilidad institucional y económica.
Durante la semana se sucedieron los encuentros en la búsqueda de hallar las respuestas, que no terminaron de tranquilizar a un vestuario que no ha dicho su última palabra. Las contestaciones dadas no surtieron el objetivo de sosegar a un plantel, que ya sondea la posibilidad de dejar de entrenar algún que otro día de la semana, ante las dificultades de varios futbolistas para ir a entrenar.
Alejarse de todo el ruido externo y centrarse exclusivamente en el fútbol, no es tarea fácil. El factor psicológico debe jugar su partido particular y eso es, precisamente, lo que ha intentado trasmitir Mere a los suyos ante el choque que disputará este domingo en el Primero de Mayo ante el San Juan.
En lo meramente deportivo, los portuenses pierden por acumulación de tarjetas amarillas a Álex Natera y Alberto Fernández; recupera a Sergio Beato, con gripe durante la semana anterior, y Carlos Matallanas, con problemas de espalda.
Los sevillanos, en puestos de descenso, pero en ligera mejoría en las últimas semanas, acogen el choque tras golear a domicilio al Pozoblanco (0-3). Los hispalenses vencieron en Valdelagrana en el partido de la ida por 0-1.
Centrarse exclusivamente en lo deportivo, los racinguistas acuden al encuentro con la clara intención de traspasar toda sus calamidades al rival y obtener una nueva victoria que los auparía, más si cabe, a una permanencia que se toca con los dedos.
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