Sevilla

Vuelve Queipo

Antonio Dechent encarnará al general hasta el 17 de febrero

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  • Escena de la obra -

Queipo de Llano vuelve a Sevilla de la mano de Antonio Dechent, que encarnará al general en la obra Queipo, el sueño de un general.

Desde hoy  jueves 7 y hasta el próximo domingo 17 de febrero La Fundición acoge esta producción propia, en coproducción con Escarmentados (productora de Antonio Dechent), que se estrenó en la Muestra de Teatro Andaluz del Puerto de Santa María en 2010. Escrito y dirigido por Pedro Álvarez-Ossorio e interpretado por Antonio Dechent (Queipo), Amparo Marín (Maruja, su hija), Antonio Campos (Juliano Quevedo, su yerno y ayudante) y Oriol Boixader (Franco y Cardenal Segura).

En palabras de su director: “Traemos a la escena a don Gonzalo Queipo de Llano. Su controvertida figura y la significación en la memoria histórica de Sevilla nos permitían acercarnos a uno de los personajes claves en la historia de España del siglo XX. Han pasado suficientes años para sacar a la luz las contradicciones de aquel régimen, férreo en apariencia pero frágil y desvertebrado en su esencia. Luchas intestinas por el poder que no salieron a la luz por la falta de libertades impuestas pero que numerosos historiadores han ido desvelando lentamente. Nosotros también queremos contribuir llevándolas al teatro. En una propuesta que quiere indagar y proponer hipótesis verosímiles de aquellos convulsos años. (1936-1951). Las ambiciones personales, un golpe de Estado, una guerra civil, la imposición de un régimen dictatorial, el exilio en Roma, los intentos de eliminación de Franco, el pacto de san Juan de Luz y primeros pasos para salir del aislamiento: acuerdos con los aliados”.

Antonio Dechent, por su parte, explica aspectos de la obra y su decisión de devolverle la voz al personaje. “¿Por qué decido darle voz a esa voz? “El General de la Radio”, “la Segunda Giralda”, “el Virrey de Andalucía”… Todo un personaje. Y más cuando se ahonda en su biografía y se descubren los claroscuros, las contradicciones de alguien cuyo único anhelo era el poder absoluto y fue apartado de él. En sus momentos de gloria, en sus soflamas tabernarias, fue despiadado y cruel, amenazante y chistoso. Su voz, sus arengas, su chulería despectiva tienen algo que atrae y repele a la vez a un actor, pero es cuando los suyos ganaron y él perdió, cuando fue despojado del mando y sintió la soledad del apestado, el odio al usurpador, cuando el personaje adquiere otra dimensión. Una dimensión trágica”.

Con una duración de noventa minutos la obra nos acerca al personaje, dando otro punto de vista, uno más a sumar a los muchos que los historiadores ya han aportado.

nicosalaseventos.blogspot.com.es/

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