El Blancos de Rueda sufrió, en Valladolid, para sumar una importante victoria, que le permite seguir alejado de los puestos de descenso, ante un Joventut que llegó a tener diez puntos de renta (20-30) en la primera mitad, pero que se vio frenado por la defensa local y el buen hacer del tándem Nacho Martín-Hunter.
El primer cuarto se convirtió en una toma de contacto entre dos equipos que basaron su juego en el juego interior, con Kuzmic y Nacho Martín como protagonistas en esta faceta, sobre todo este último, que volvió a ser el referente de su equipo con once puntos en ese inicio de partido.
Pero un jugador solo no puede llevar todo el peso del equipo con lo que, tras la salida de Oliver a la cancha, el Joventut aprovechó esa falta de concentración de los jugadores locales, imprimió más intensidad a sus acciones y se mostró más organizado, lo que le permitiría adquirir una primera renta de cinco puntos al término de los primeros diez minutos (18-23).
El cuadro local necesitaba la aportación de más hombres -solo tres tuvieron puntuación positiva hasta ese momento- y mejorar sus prestaciones defensivas lo que, una vez conseguido, ofrecería al Blancos de Rueda la oportunidad de ir recortando distancias ante un rival que notó la ausencia de Oliver en la cancha.
Kuzmic trataba de contrarrestar el empuje local, pero su efectividad bajo el aro no fue suficiente para impedir que los vallisoletanos se situaran a tres puntos (36-39) al llegar al descanso, merced a esa mayor intensidad defensiva y a un efectivo Nacho Martín, que pasó a ser "la bestia negra" del Joventut.
El cuadro morado salió dispuesto a hacerse con los mandos del juego, a través de una mayor intensidad defensiva que maniató al Joventut, y a la aportación de jugadores como Montañez o Ewing, que completaron el gran trabajo de Hunter y de Nacho Martín para situar al Blancos de Rueda con siete puntos de ventaja (56-49), que se quedarían en seis al término del tercer cuarto (58-51).
El Joventut no había dicho su última palabra y, de nuevo, bajo la batuta de Oliver, supo reaccionar con una mejor defensa y con un mayor control de la presión, para dejar el marcador equilibrado (60-60), a falta de cinco minutos para el final, en los que los vallisoletanos acumularon varias faltas personales que desataron la polémica.
El cuadro verdinegro logró dar la vuelta al marcador (66-67), gracias al buen hacer de Kuzmic, sobre todo en el capítulo reboteador, pero Montañez asumió la responsabilidad y, con un último triple, dio la victoria a un equipo vallisoletano (69-67) que supo sufrir.
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