Arantxa Peralta Ángel, Acitunita, nacida en Jerez de la Frontera y con familia sevillana, de la Macarena y de la Plaza del Museo, llega a Sevilla para presentar su primer disco, Virgen no, refiná. La cita es en La Caja Negra el 1 de febrero, acompañada de la banda Los Aliñaos.
Después de pasear ‘Virgen no, refiná’ por Cádiz, por fin lo presenta en Sevilla. ¿Qué sensaciones tiene ante este reto?
–Emoción, es un gran paso para que nos conozcan y el hecho de presentarlo en la Caja Negra todo un placer, para mí es un honor poder cantar en Sevilla.
Es solista e independiente, ¿qué papel juegan Los Aliñaos en su carrera?
–Una acituna por sí sola es amarga, el aliño es lo que le da sabor. Esta acitunita está bastante madura y el gran aliño que la acompaña es de alta calidad. El experimentado Jorge Gómez a la guitarra, el incondicional Juan Pedro Rosado al bajo, las manos de oro de Manu Malero Amaya a la batería y nuestro ángel caído “el Pérez”. Aunque estos son los que me acompañarán el viernes, no me puedo olvidar de todas las personas que han colaborado, como Ángel y su guitarra flamenca, la trompeta de David Strike y Gurry, al piano. Son tantas las personas que me apoyan en este proyecto que para mí Los Aliñaos son los músicos que acompañan a la Acitunita; es la fusión perfecta para que algo sepa bien.
Cuenta con colaboraciones de renombre, ¿cuáles destacaría?
–Sí, sin ellos esto no habría sido posible. Poder contar con estos grandes profesionales ha sido una gran experiencia y es que hay que resaltarlos a todos. Diego Pozo, de Delincuentes; el gran Jimmy Glez, con las baterías;, Víctor y Saúl del Puerto y Madrid en el estudio poniendo guitarras; David Strike, con todas las voces de vientos; los Mantekas, en las palmas, y el Juampe con el bajo.
¿Cuáles son sus influencias musicales?
–Desde la Niña de los Peines hasta Ella Fitzgerald, pasando por Pata Negra Kiko Veneno, Triana, Smash, Imán, la Lola Flores, Dolores Agujetas, Eric Burdon, Bob Marley y muchos más. Me gusta todo tipo de música, sobre todo la que me transmite. Todo un potaje que en realidad es la fuente de donde he bebido, pero también lo hago del mundo de las experiencias y de la vida.
Amor, desamor, justicia e injusticia. ¿Qué protagonismo tienen estos conceptos en sus letras?
–El amor y el desamor, la justicia y la injusticia, eso es lo que constantemente estamos viviendo, es el mundo que nos rodea, somos nosotros mismos, nuestras reacciones, la vida misma. Cuando hablo de amor o desamor, el tú y el yo no son ninguna persona ni objeto, es el mundo en el que vivimos, la sociedad que nos rodea. La justicia o injusticia es nuestra implicación con ella.
¿A quién va dirigido este disco?
–A las personas humanas, bueno, a los no humanos también… (risas)
¿Usa las redes sociales? ¿Es el camino para los independientes?
–Intento usar todos los medios posibles. Internet ya no es tan independiente como se cree. Yo creo que el camino está realmente en la calle, bares, salas, directos, en el boca a boca. Estamos tan faltos de contacto que los medios nos absorben. Hoy por hoy, creo que lo auténtico está en la calle.
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