Uno de los momentos más esperados durante el carnaval, es la entrega de la insignia de oro; galardón que se otorga cada año, como merecido reconocimiento a una dilatada trayectoria en pro de esta fiesta onubense. Han sido 16 años consecutivos valorando a personajes que de una forma o de otra, han aportado su tiempo, esfuerzo e ilusión, por fomentar un carnaval, que según algunos “mal entendidos”, lleva agonizando demasiado tiempo, como bien comentó el pregonero hace unos días.
En este 2013, se le otorgó la décimo sexta insignia de oro a Juan Franco de Orta, uno de los personajes más queridos y mejor considerados de cuantos integramos el Carnaval Colombino. Hablar de su historia, sería remontarnos casi a sus inicios, en 1986, cuando aún el carnaval andaba en pañales, creando actos que perduraron en el tiempo, como el piropo a la mujer o la vuelta de la noria; emblemas representativos de nuestra tradición.
Juan Franco marcó un etapa, un antes y un después. Fue quién supo agarrar con fuerza las riendas de un carnaval herido en los peores momentos de su historia, y supo aprovechar las cualidades de quienes le acompañaron, para volver a encauzar el ritmo que esta fiesta se merecía.
Esta insignia, bien merecida y humildemente recibida, es extensible para cuantos han acompañado al ilustre homenajeado, que junto a él, partieron de una peña, que en estos años ha vuelto resurgir, ‘La Noria’.
Juan Franco, ha sido y es todo todo un ejemplo que muchos deberíamos seguir.
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