Andalucía es un paraíso y cualquier fin de semana puede ser el momento idóneo para una escapada rural, para disfrutar de una riqueza paisajística y cultural sin igual, para perderse en los espacios protegidos más singulares, para gastar y recuperar energías haciendo deporte, para sentir el carácter acogedor de sus pueblos y sus gentes, para vivir la Andalucía más atractiva y singular.
La suma de civilizaciones y culturas es una de las señas de identidad de Andalucía y sus pueblos son fiel reflejo de la compleja riqueza que le ha aportado la historia y su variada geografía: hermosos pueblos blancos incrustados en laderas y valles o a los pies de un estuario con puerto de pescadores; monumentales fortalezas que dominan históricos enclaves en ciudades que fueron y son centros de sus comarcas; iglesias con tesoros casi desconocidos que se mantienen como si no pasara el tiempo dominando pequeñas poblaciones de cal y campo; senderos que discurren entre espacios protegidos conectando la Andalucía más rural, al hombre y a la naturaleza.
La diversidad de la oferta es tal que agruparlas es a veces difícil porque combinan cultura, tradición y naturaleza en proporciones desiguales, desde complejos turísticos con los más sofisticados servicios a la casa rural enclavada en una pequeña población de la Sierra de las Nieves; desde rutas y senderos organizados al más mínimo detalle, a cortijos en los que perderse y hacer la propia ruta sin tiempos, sin presiones, con libertad. Montaña, marisma, sierra, costa... cualquier lugar en Andalucía puede ser y es un magnífico destino en el que pasar un fin de semana de ensueño, en el que disfrutar de la forma de vivir, de las tradiciones, de las costumbres, de los pueblos de una Andalucía que se ha ido adaptando a su clima, a su geografía y a su historia.
Lo cierto es que Andalucía tiene en su interior un tesoro y se puede disfrutar: naturaleza, gastronomía, cultura, viejos molinos y paisajes incomparables. Es el turismo rural un segmento en auge, alternativo al de sol y playa tradicional, al monumental de las grandes ciudades o al deportivo de golf que puede disfrutarse a lo largo de toda la geografía andaluza, una oferta única en España, con la naturaleza como base, con la seña de identidad de la calidad.
El número de plazas de turismo rural es superior a las 100.000, siendo las provincias de Jaén y Granada las que disponen de más alojamientos en este sector, aunque la oferta crece año a año, conscientes de que pocas comunidades españolas o regiones europeas pueden ofrecer más alicientes para potenciar un sector tan amplio como variable: tradiciones, cultura, historia, paisajes, clima, relación calidad/precio, gastronomía y una amplia red de establecimientos rurales son atractivos suficientes para este segmento del turismo andaluz, que goza de mucho prestigio.
De hecho, el propio clima de Andalucía juega un papel muy importante en la consolidación y calidad del turismo rural. Con una media de 300 días de sol al año, la oferta de este turismo de interior está íntimamente relacionada con los parques, espacios y reservas naturales, estando el 18% del territorio andaluz calificado como reserva natural.
Tal es así que la mayor parte del turismo de interior se ubica en las zonas donde el paisaje tiene una rotunda personalidad. Por ello, la mayoría de las plazas de alojamiento existentes en el interior de Andalucía se concentran en los grandes parques naturales. Es más, Andalucía es la comunidad con mayor número de parques naturales que poseen el distintivo de la Carta de Turismo Sostenible, entre los que se encuentran los de Bahía de Cádiz y Tejeda, Almijara y Alhama, Sierra Norte de Sevilla, Sierra Mágina, Sierra de las Nieves, Sierra de Cardeña y Montoro, Los Alcornocales, Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra Nevada, Sierra de Andújar, Cabo de Gata-Níjar y Doñana.
Igual que los paisajes, la oferta de turismo de interior en la comunidad es de lo más variada, con rutas y comarcas en las que se mezcla el interés por las viejas tradiciones, como por la naturaleza, los pueblos blancos con los paisajes de la Alpujarra, alojamientos en plena sierra con hoteles rurales llenos de historia.
El turismo de interior no puede contemplarse sin tener en cuenta su vasta cultura, su infinidad de tradiciones y fiestas populares o su variada y reconocida gastronomía. De hecho, el inmenso legado artístico andaluz recorre desde la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla a la brillante arquitectura islámica, renacentista y, sobre todo, barroca de sus edificios más importantes, sus castillos, fortalezas y monasterios, diseminados por toda su región.
Pero si algo es atractivo para el visitante es la gastronomía andaluza. Con productos básicos como las hortalizas, frutas, pescados y el aceite de oliva virgen, la diferencia está en el toque personal que cada pueblo otorga a sus platos típicos. Fiel reflejo de su historia, está llena de aromas, sabores y colores, con profundas huellas de la cocina árabe de Al-Ándalus, que se saborea en potajes de legumbres y verduras, guisos de caza y las formas de preparar el pescado.
La simbiosis perfecta de turismo rural y naturaleza
La consolidación del turismo rural y de naturaleza como uno de los segmentos con más proyección del sector tiene un ejemplo indiscutible en las villas turísticas, en las que se une el contacto directo con la naturaleza y todo tipo de actividades que pueden realizarse con el confort de unas instalaciones que lo tienen todo.
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Las Villas Turísticas de Andalucía y los entornos donde están ubicadas conforman una única simbiosis, donde se mezclan los mejores ingredientes para que los visitantes accedan a una experiencia integral: un alojamiento muy especial, la naturaleza en todo su esplendor, actividades de turismo activo y pueblos llenos de encanto.
Así, cuatro son las ofertas de las que poder disfrutar en toda la región: la Villa Turística de Cazorla, en pleno parque natural; la de Bubión, en el barranco del Poqueira en la Alpujarra granadina; y la de Láujar, en la Alpujarra almeriense y en la falda sureste del Parque Natural de Sierra Nevada son las ofertas.
La riqueza cultural y las marcadas tradiciones de Andalucía son fuente de atracción para los cientos de miles de viajeros que llegan hasta cualquiera de sus rincones cada año, en cualquier época y desde cualquier origen. Las Villas conjugan esa tradición imponente con los recursos naturales y con una especial atención al viajero, modernas comodidades y cuidado en los detalles.
En sus edificaciones se ve reflejada toda la tradición del legado andalusí, ya sea en su arquitectura, jardines, miradores, paseos, patios y terrazas de los complejos que componen las Villas de Andalucía. Cortijos y pueblos típicos andaluces, configurados como alojamientos en casas, apartamentos o habitaciones.
El confort es una prioridad en estos alojamientos, de modo que todo ha sido pensado y diseñado para que ser huésped sea equivalente a instalarse en un ambiente confortable y funcional.
Además, el gusto por la excelencia gastronómica y la cultura de la restauración encuentra plena respuesta en las Villas Turísticas de Andalucía, donde los paladares más exigentes encontrarán satisfacción en cartas basadas en los productos más tradicionales.
Y como complemento, multitud de posibilidades para gozar del tiempo libre, con espacios deportivos o instalaciones para la salud y belleza, e incluso para el trabajo, y con una amplia oferta para disfrutar de los enclaves naturales en las que se ubican.
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