La fibra de carbono parece que está revolucionando todos los sectores. Es tal la agilidad y resistencia de este material, que ha llegado hasta el tradicional mundo del toreo de la mano de José María Manzanares. Y es que el diestro lleva entrenando desde principios de este año con un estoque y un estaquillador de este material, fabricado por la empresa Carbures.
“La fibra de carbono tiene muchas ventajas, pero sobre todo, quita mucho peso y es muy resistente”, destaca el diestro. En este sentido, cabría señalar que en el estoque, la fibra de carbono ha reducido su peso hasta en un 75% y en el estaquillador casi un 37%. Esto supone que, tal y como ha comentado el propio matador, “la faena se hace mucho más natural, y no tan rígida; cuanto menos fuerza, más estática y bonita es la lidia porque el peso hace que el movimiento sea menos eléctrico y rígido”, explica Manzanares.
Además, para el matador de toros ha supuesto toda una revolución, ya que las numerosas operaciones por las que ha tenido que atravesar en su mano izquierda – 11 en total –, han hecho que pierda fuerza, por lo que la reducción considerable del peso le ha beneficiado. “Ahora ya no se me carga tanto la mano y no me resiento tanto de la lesión que tengo”, apunta José María Manzanares.
El diestro alicantino ha sido el primero en utilizar esta tecnología, aunque bien es cierto que otros muchos toreros se han interesado en los beneficios que reporta la fibra de carbono. “La verdad es que desde que yo la utilizo, otros compañeros me han preguntado por la ayuda y cuando la han cogido se han sorprendido mucho por el peso, que es muy significativo, en relación con los tradicionales, y eso creo que es lo que ha tenido bastante aceptación”, explica el torero.
Sin embargo, habría que señalar que la fabricación de estos utensilios para la lidia ha requerido de un trabajo largo, de cerca de seis meses, en los que se han producido constantes modificaciones, a petición del diestro. “Lo cierto es que ha sido complicado, porque hemos estado haciendo muchas mejoras, para ver como funcionan, y si se adaptaban bien a lo que yo quería y necesitaba”, puntualiza Manzanares. Asimismo, añade que la personalización del estaquillador ha permitido que “esté rígido por la parte de arriba y que cimbree para que el movimiento de la muleta no sea tenso, que es como a mí me gusta”.
De hecho, el matador ha manifestado que, de tener que volver a las tradicionales ayudas de madera, “le sería imposible volver a torear”.
Esto nos empieza a dar la clave de que, a pesar del hermetismo existente en este mundo del toreo, a veces, son necesarios ciertos avances tecnológicos que permitan dinamizar toda la actividad relacionada con el mundo del toro.
Detrás de todo esto, como no podía ser de otra forma, el trabajo y la dedicación de la empresa Carbures que, por unos meses, además de su dedicación en el sector aeronáutico y de automoción, se ha encauzado en un labor más trabajada y artesanal. “Se han involucrado en un proyecto complicado, porque nunca antes se había hecho, y había que hacer un prototipo y todo lo relacionado con él, y no era fácil, pero han puesto su empeño y al final se ha conseguido”, destaca el diestro.
Asimismo, el presidente de Carbures, Carlos Guillén, ha resaltado que este proyecto combinaba “innovación y tradición”, en un arte tan genuino y único como es el mundo del toreo. Igualmente, Guillén ha apuntado que este proyecto ha demostrado, una vez más, que “este material, no tiene límites”.
Nieto e hijo de toreros, José María Manzanares, que ha sido definido en titulares de revistas especializadas del mundo del toro como “un clásico de la modernidad”, ha hecho así “una revolución” en el trabajo de los matadores porque, según asegura Carlos Guillén, es “el primero del mundo” que utiliza fibra de carbono en este arte.
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