Miembros de la Universidad de Huelva fueron alertados por uno de los sistemas de detección para monitorizar la llegada de fragmentos procedentes de asteroides y cometas a nuestro Planeta. El pasado 29 de Noviembre, alrededor de las 7 de la mañana, fragmentos de un satélite chino caían en territorio español, tras destruirse al entrar en contacto con la atmósfera.
Lo que a simple vista parecía una bola de fuego que venía del Sistema Solar, tras realizar un análisis de composición química, resultó ser los restos de un satélite destruido por China en pruebas antimisiles que orbitaba alrededor de la Tierra, según indica el Profesor de la Universidad de Huelva y miembro de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN), José María Madiedo.
Según Madiedo, el objeto alcanzaría una temperatura tan alta debida a la velocidad a la que se movía (alrededor de unos 30.000 Km/h), que se transformaría en una bola de fuego.
Según detalló el Profesor de la institución académica el alto contenido de titanio en los análisis realizados les hizo concluir que era un fragmento de chatarra espacial que orbitaba la Tierra, sin embargo, tras contactar con la agencia norteamericana Center for Orbital and Reentry Debris Studies, Aerospace Corporation, encargada de la monitorización de estos objetos, pudieron confirmar que la única basura espacial prevista para ese día era el fragmento del satélite chino FY-1C.
Este satélite explotó durante pruebas del armamento de antimisiles chino, incrementando en un 25% la basura espacial, lo que supone un incremento de la preocupación teniendo en cuenta la gran velocidad a la que se desplazan los fragmentos, que podrían producir daños en satélites artificiales y afectar a la seguridad de misiones espaciales.
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