Durante la noche del pasado viernes se registró un pequeño desprendimiento en la ladera que separa las calles Paseo de Boliches y Corredera, si bien afortunadamente no hubo que lamentar daños personales ni tan siquiera la intervención de los servicios de seguridad. No obstante, los servicios técnicos municipales supervisan el lugar, donde la tierra esparcida tiene que ser devuelta al talud. El suceso tuvo lugar en la trasera del edificio San Antonio. Posteriormente, el alcalde de la localidad, José Luis Núñez, y el delegado de Vías y Obras, Sebastián Ruiz, estuvieron supervisando la zona para comprobar el riesgo. Ambos encargaron un estudio de prevención de riesgos laborales y un informe de los arquitectos municipales.
El desprendimiento puede atribuirse a las últimas lluvias. Tampoco afectó a la estructura de los inmuebles, tan sólo cayó algo de tierra en la azotea de una vivienda.
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