Sorpresa mayúscula ante el colista. A este Racing Portuense en contadas ocasiones se le olvida que para ganar y desnivelar los partidos hay que ofrecer más ofensivamente de lo que terminó por hacer ante el colista Ayamonte. Que para ganar hay que poner toda la carne en el asador y que no sólo con proteger su portal, sirve para sorprender al rival de turno. Hay que buscarlo e intentar desnivelar.
Ni lo uno ni lo otro. El equipo onubense se doctoró con la ley del mínimo esfuerzo y consiguió sumar el primer punto positivo a domicilio. Ver para creer.
Que salvaguardar la portería propia está muy bien, pero que para vencer y ganar los tres puntos en juego hay que apostar y ofrecer algo más a nivel ofensivo. Muy plano y muy previsible en todo cuanto hizo. En frente, un Ayamonte que sólo llegó en dos ocasiones al portal de Ismael y que sacó los colores y un punto a un Racing Portuense más reversón de lo esperado.
Demasiados hombres detrás de la pelota que no ayudaron a poner en apuros al veterano Miguel Rosa. Bien que ante el Algeciras y Coria había que salvaguardar y reservarse y no jugar en un cuerpo a cuerpo, pero no se entendió el partido horrible que se marcó en la búsqueda de una victoria que no llegó porque se cuidó muy mucho de defender su portal. Defensivamente correcto, ofensivamente nulo.
Un rival, que aunque no comenzó disgustando en los minutos previos, sí se fue apagando con el paso de los minutos. Ni en eso se pudo ser superior. A este equipo se le sigue atascando Valdelagrana y no gana desde el pasado 21 de octubre cuando se venció al Arcos (2-0).
Entre bostezos y mucha frialdad, costó encontrar signos destacados en un equipo que sigue ofreciendo los mejores guarismos a domicilio. Es el tercer equipo peor en puntos conseguidos como local. Los supera Ayamonte y Montilla.
En la peor primera mitad de la temporada, los de Mere no terminaron por encontrarse cómodo y eso que gracias a Capi, que salvó en la misma línea de gol el 0-1, minuto 33’, llevó el uy al cuerpo de los aficionados locales. El gol de Bajic a la hora de partido, hizo confiar en una victoria por la que no se había confiado demasiado. Minutos más tarde, Ismael terminaba por ayudar en un encuentro en el que sacó petróleo Gregorio Molina.
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