El alcalde de Carboneras (Almería), el independiente Salvador Hernández (Gicar), ha indicado que el decreto-ley aprobado por la Junta andaluza para la protección de la franja litoral coloca al municipio con el "agua al cuello" al dejar un "margen de maniobra muy pequeño" al Ayuntamiento, que tiene que tener en cuenta también, según ha subrayado, que el 85 por ciento de su término está enclavado en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
En declaraciones a Europa Press, Hernández ha precisado que la afección al planeamiento de Carboneras pasa por el paraje de El Algarrobico, que está dividido en varios sectores urbanísticos a margen del suelo sobre el que se levanta el hotel de Azata del Sol, y a los proyectos en la Torre del Rayo y Loma Cañada, que se impulsaron con el anterior equipo de gobierno.
"Estos últimos están ahora suspendidos por la adaptación de las Normas Subsidiarias a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) pero si en un futuro se retomara el desarrollo que preveía miles de viviendas y se quisiera construir, no se podría tampoco", ha lamentado.
Hernández, quien ha abogado por la necesidad de "extremar los controles" en la aplicación de la normativa urbanística en vigor, ha considerado que el "cambio constante de leyes" no hace sino generar "bastante inseguridad jurídica" y provoca que "los inversores se lo piensen muchísimo a la hora de escoger Andalucía".
"Sería de agradecer que la legislación perdurara en el tiempo y sería conveniente que tuviéramos una normativa clara para saber a qué atenernos", ha asegurado el regidor carbonero, para quien el decreto-ley "ha hecho que nos quedemos descuadrados y con un margen de maniobra muy pequeño".
Para Hernández, iniciativas como esta son "fuegos de artificio de cara a la galería" ya que, a su juicio, "no lo demandaba nadie". "La normativa actual está bien pero debería haber más controles", ha concluido.
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