La Fiscalía Provincial va a solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, a quien disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, de 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.
Óscar P.F., que será enjuiciado por un tribunal de jurado, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.
Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa G.M., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.
El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa G.M. cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.
El fiscal recoge, que antes de que Rosa G.M. muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital".
Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.
"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.
El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa G.M. con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".
Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Alfredo Najas de la Cruz y que coincide en lo esencial con el relato de hechos con el del Ministerio Público, solicita la máxima pena prevista en el Código Penal para el delito de asesinato al estimar que existió ensañamiento.
Así, según ha indicado en declaraciones a Europa Press, si bien el disparó efectuado a la zona abdominal "era idóneo para causar el resultado final de muerte", el acusado "decidió" cambiar de arma antes de que se produjera el fallecimiento de ella. "El objetivo era causarle más dolor y, por eso, cogió la navaja y le infligió una herida inciso a nivel cervical, de degüello de 12,7 centímetros", ha destacado.
El crimen de Rosa G.M. movilizó a la familia y a sus vecinos de Fines que convocaron manifestaciones e impulsaron una campaña de recogida de firmas para promover una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) encaminada a endurecer las penas en los casos de violencia de género y regular el cumplimiento íntegro de las penas de prisión.
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