El Ayuntamiento de Chiclana ahorrará unos 16.000 euros al año en la factura eléctrica del Mercado de Abastos, gracias a la instalación de una batería de condensadores que permite convertir la energía reactiva, la que se pierda en la red, en activa, es decir, la que finalmente se consume, según ha anunciado la delegada municipal de Vías y Obras, Susana Moreno (PVRE).
La energía reactiva es la demanda extra que algunos equipos de carácter inductivo como motores, transformadores e iluminarias, precisan para su funcionamiento. Además de la pérdida de potencia en las instalaciones, entre sus efectos negativos figura el mayor coste económico que genera esta energía, que en el caso del Mercado de Abastos ascendió durante 2011 a 13.978,85 euros, con una media de unos 1.200 euros mensuales.
Esta cantidad, más el incremento experimentado en 2012 en el precio de la electricidad, sitúan el ahorro previsto en 16.000 euros. Dado que la inversión realizada en esta renovación ha supuesto un desembolso de 3.153,12 euros, se estima que en unos tres meses se habrá amortizado completamente la misma.
Esta actuación, supone por lo tanto, “un paso más en la política de este equipo de gobierno por optimizar los recursos municipales, logrando, por un lado una mejora del rendimiento de las instalaciones eléctricas y, por otro, conseguir un importante ahorro en la factura de consumo”, según ha explicado la citada edil.
Según los datos facilitados por Susana Moreno, la energía reactiva demandanda por el anterior equipamiento suponía un 30 por ciento de la finalmente consumida, una cifra que se elimina con el cambio realizado.
Una batería de este tipo está formada por diversos condensadores dispuestos en paralelo que no requieren una instalación complicada y que mejoran la calidad del suministro, optmizando el rendimiento. Por ello, en la actualidad, estas baterías son la única solución que permite eliminar el impacto derivado del consumo de energía reactiva, generando ventajas tanto en el campo de la eficiencia energética como en el económico.
En el primero de los casos, permite aumentar la capacidad de las líneas y transformadores instalados, disminuyendo las pérdidas y reduciendo el consumo eléctrico global.
Con ello, ha reiterado Susana Moreno, “además de conseguir un ahorro económico, logramos mejorar la vida útil de los equipos”.
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