El título, entre interrogantes para llamar su atención, le causará posiblemente el mismo estupor que le provocarían frases como “la costa tropical de Suecia” o “esquí nórdico en Egipto”. Para los que hemos nacido, vivido un montón de años en Barcelona, y además, nos gusta caminar o pedalear en la naturaleza, tenemos en el Parc Natural de Collserola (www.parccollserola.net) nuestro más preciado tesoro que guardamos como un secreto a voces y del que muchos barceloneses aún no se han dado por apercibidos. Para que se haga una idea, nuestra pequeña Serra de Tramuntana se extiende sobre una superficie similar a la totalidad de la isla de Formentera y ocupando un territorio perteneciente a nueve municipios de entre los que se encuentra Barcelona.
El Parc de Collserola es un rico mosaico de bosques, faunas y climas mediterráneos que dan cobijo a importantes restos arqueológicos y construcciones de gran valor histórico. Collserola es el mejor patrimonio natural de que puede presumir la ciudad de Barcelona, donde sí que es posible hacer trekking. Y sobre una de sus múltiples rutas, mi preferida, son las próximas líneas.
En el centro de Barcelona está la estación de Plaça de Catalunya de los Ferrocarrils de la Generalitat, una línea cuyo recuerdo siempre me traslada a la infancia, cuando mi padre nos llevaba en aquellos viejos vagones verdes que hoy circulan por la isla de Cuba y que desprendían un intenso e invisible olor a azufre que estaba presente en todas las estaciones. Un breve trayecto lleva a la estación Peu del Funicular y su enlace con el Funicular de Vallvidrera, una modernísima infraestructura suiza que funciona sin conductor y que comunica con Vallvidrera, un agradable pueblecito que administrativamente pertenece, como barrio, a uno de los diez distritos de Barcelona.
El funicular, construído en 1906, fue renovado en 1998 y es uno de los mejores foros de comunicación vecinal. A medio trayecto está el apeadero de la Carretera de les Aigües, un camino ancho y plano de casi 20 km de longitud que permite recorrer en paralelo la práctica totalidad de la Ciudad Condal. Es la “Vía de Cintura” verde de Barcelona tomada por excursionistas y ciclistas los fines de semana. Un billete de Metro le trae hasta aquí.
Front Groga
Treinta minutos paseando por les Aigües llevan al camino del observatorio, una fuerte ascensión que se desvía hacia los viveros de Can Borni, y que, tras cruzar la carretera y el funicular del Tibidabo, conduce a la reserva de Font Groga. Un plácido y fácil camino en descenso acompaña hasta la iglesia de Sant Medir, una coqueta iglesia del siglo XI que da comienzo a una bonita e interesante pista forestal, bastante plana y muy frecuentada por los habitantes de St. Cugat como nuestra amiga Nuria.
Siguiendo el GR-6, Can Janer queda a nuestra izquierda antes de continuar en paralelo a la riera (torrent) de Sant Medir, donde el microclima cambia de nuevo haciéndose más húmedo y donde son visibles los efectos de los últimos temporales. A la derecha queda la pequeña iglesia circular del Sant Adjutori -iniciada en el siglo XII a la Mare de Deu del Bosc- y el antiguo horno de tradición romana.
Al final de este tramo espera el motivo de la excursión, la masía Can Borrell, un excelente y recomendable restaurante especializado en brasa donde se come muy muy bien. Can Borrell es una antigua masía de origen medieval, que con su propio pantano -15 minutos de distancia-, pertenecía a los dominios de Torre Negra, fortaleza que encontraremos en la parte final de la excursión y que fue construída bajo las órdenes del abat Armengol de St. Cugat tras la devastación de 1145. Con excelente cocina de brasas, este establecimiento de gestión familiar desde hace varias generaciones, es la mejor recomendación en toda la sierra.
La ruta acaba en un leve descenso que las piernas agradecen. Aparte de la mencionada fortaleza, encontramos el espectacular Pi d’en Xandri, pino piñonero de 23 metros plantado en el siglo XVIII para delimitar la “possesió” del mismo nombre. Símbolo de St. Cugat, está apuntalado desde 1997: algún desalmado lo atacó con motosierra.
Sant Cugat y su monasterio son el punto final a una excursión que Ana y yo hacemos en compañía de nuestros simpáticos huskies, Sasha, Alma y Churrito, cuando no se quedan en casa de nuestra amiga Martina Von Falkenau. Calcule tres horitas más el tiempo de la comida, y aunque las combinaciones de senderos en el parque son infitintas, ésta ruta le encantará. Hágala, verá mi ciudad desde una nueva perspectiva que le gustará.
Información práctica
Cómo llegar: Por carretera, autopista o avión.
Dónde dormir: Al pie de la Serra de Collserola y con acceso directo a la Sierra, en Sant Just-Barcelona, el Hesperia Sant Just es un 4 **** muy recomendable, por alojamiento, cocina y servicio. Relación calidad-precio imbatible.
Dónde comer: En Can Borrell (http://www.can-borrell.com) una auténtica masia catalana con excelente cocina de brasa.
Información: www.parccollserola.net Mucha y buena información sobre el parque natural.
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