El Xerez no jugó bien, el Xerez apenas si disparó, pero se puso por delante en el minuto 77 y en un choque completamente igualado. Parecía claro el triunfo pero un absurdo penalti de un mermado Raúl Cámara equilibró finalmente el marcador.
S e busca al gafe. Y es que a este Xerez le han mirado de mala manera o algo extraño pasa. No es normal lo que, deportivamente, le viene pasando. Al margen de las bajas, que existían e importantes en ambos bandos, lo cierto y verdad es que el partido se ciñó al guión que parecía escrito. Dos equipos con apuros clasificatorios, dos conjuntos mermados en lo anímico, dos escuadras necesitadas de puntos que iban a arriesgar lo imprescindible y que intentarían sacar máximo provecho a sus opciones. Es decir, partido malo pero emocionante. No era un encuentro de excesiva intensidad, aunque sí peleado, trabado. Lo normal cuando en juego había tres puntos no trascendentales, pero sí importantes. Ese mismo guión al que se ceñían los protagonistas señala que, en eventos como el que se estaba celebrando, el que antes marcase el gol tenía el noventa por ciento de posibilidades de alzarse con el triunfo. Sobre todo si ese gol llega en el minuto 77. Jugadón de José Vega que había salido supliendo a Álvaro Rey, que se retiró visiblemente malhumorado, pase hacia Maldonado que la empaló con la izquierda. Faltaban trece minutos más el alargue y, tal y como había transcurrido la contienda, el marcador parecía sentenciado. Pero, lo del Xerez es de gafe, no es lógico. Tres minutos más tarde, Raúl Cámara, que se tocaba la espalda, llega tarde a cortar un esférico a Álvaro Antón, en una jugada que no llevaba mucho peligro, y penalti. Indiscutible. Lo tira el propio exterior zurdo local y empate.
Increíble pero cierto. Del 0-1 se pasó al 1-1 y a una recta final del choque en la que los de Esteban pasaron muchos apuros, tanto que Chema, que había pasado una tarde de lo más tranquila, tuvo que sacar la manopla salvadora en una falta directa que había sacado Álvaro Antón, el propio autor del tanto del empate. Pudo ser el gol de la victoria alcarreña que, afortunadamente, no llegó y que no hubiese sido merecida.
¿Mereció el Xerez el triunfo? Lo pudo conseguir, aunque le faltó mayor acierto en las combinaciones de ataque. Se defendió con más orden que en otras ocasiones, Bruno Herrero se multiplicó en su trabajo por delante de la defensa, pero estuvo falto de mordiente. Un cabezazo de Tato, en los minutos finales del primer periodo, libre de marca y solo ante Toño, pero el balón se le fue fuera; un cabezazo de David Prieto desde lejos, que paró el meta local y la acción del gol. Debió tener más llegada el equipo de Esteban.
Tampoco la tuvo el de Terrazas. Su primer disparo no llegó hasta el minuto 22 por mediación de Azkorra. Algunos disparos fuertes, pero lejanos, de Susaeta, alguna que otra acción, pero prácticamente nada de nada. El gol de Maldonado les pudo haber sentenciado pero apareció ese gafe desconocido y el Xerez puede terminar la jornada en descenso.
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