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Sanlúcar

Un piloto sanluqueño inventa el vehículo del siglo XXI

Se trata de un avión híbrido que puede desplazarse a 4 o 5 metros sobre el suelo. En Alemania, Dubai y Emiratos Árabes ya existe interés por adquirir el invento.

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  • Francisco Javier Soler posa con el vehículo. -

Tres años de investigación le han valido a un piloto sanluqueño, Francisco Javier Soler, para culminar uno de los proyectos más ambiciosos de su vida. Alicantino de adopción, este ex visitador médico y pintor, que estudió en Los Maristas de Bonanza, se encuentra en la actualidad ultimando los trámites ante la Oficina de Patentes y Marcas para el lanzamiento de un avión híbrido. ‘Windcraft’, como lo ha bautizado, es capaz de desplazarse elevándose cuatro o cinco metros sobre el suelo, lo que lo hace óptimo para diversas superficies. Tiene capacidad para una a tres personas y una autonomía de 300 kilómetros, utilizando gasolina como combustible.

Amante de la náutica y de los ultraligeros - llegó a tener dos aviones- tras la salida del laboratorio farmacéutico para el que trabajaba, obtuvo el tiempo y el dinero necesarios para embarcarse en este proyecto, en el que ha sido vital su estancia en Filadelfia, donde trabajó para una empresa que fabrica componentes para la NASA.

El híbrido utiliza un principio de aerodinámica denominado “efecto suelo”. Podría incluso elevarse unos 20 metros sobre cualquier superficie, aunque “lo normal es que se desplace realizando un vuelo rasante a una altura de unos tres o cuatro metros”, señala Javier. El avión se eleva del suelo de forma vertical y, a partir de ahí, vuela a una altura que no supera los cuatro o cinco metros alcanzando una velocidad punta de 130 kilómetros por hora.

El aspecto del híbrido anfibio y volador recuerda al escenario de la Guerra de las Galaxias. A primera vista parece una lancha. Impulsada por dos motores de 140 cv, está fabricado con fibra de vidrio y resina de poliéster, materiales “fáciles de trabajar y resistentes”. En el diseño del vehículo ha sido clave la colaboración de su amigo Ronney, un mecánico al que conoció durante su etapa laboral en EEUU y quien le ha ayudado en las labores de investigación que Francisco Javier ha desarrollado en una nave industrial en Alicante. En este lugar confía en poder comenzar a fabricar los ‘Windcraft’ en los próximos meses. En apenas un mes, podría producir hasta cinco de estos vehículos.

La clave del diseño del ‘Windcraft’ son sus alas. Aunque existen en Estados Unidos algunos estudios realizados con características similares, el hecho de tener unas alas que se despliegan y repliegan de una forma automática al alcanzar la velocidad de vuelo “lo hace único”.La idea, no en vano, surgió al ver volar a las gaviotas y el efecto de ‘planeo’ que se produce como consecuencia del ‘choque’ del viento con las alas.

En principio, el uso del que podría ser el vehículo del siglo XXI sería lúdico, pero su inventor no descarta que pueda tener otros usos, en labores de salvamento o para el Ejército. “Pensé en este proyecto como un vehículo con un fin lúdico, como en su día lo fueron los ultraligeros o las motos de agua, aunque también pudiera ser útil para otras labores como, por ejemplo, detector de los miles de misiles que hay enterrados bajo tierra”, ya que tiene la posibilidad de colocarse unos sensores y, al desplazarse sin tocar el suelo, evita cualquier tipo de peligro. A finales de año espera poder realizar las primeras pruebas del ‘Windcraft’ en aguas del Mar Menor, en Murcia.

El pequeño avión híbrido inventado por el sanluqueño Francisco Javier Soler, con el que podrían desplazarse en un futuro próximo tres personas a unos 5 metros del suelo, ya ha llamado la atención de otros países. “Estoy abrumado por la repercusión que está teniendo  y eso que hasta ahora no había hecho público ningún detalle, pero en Dubai hay ahora mismo un interés bárbaro por contar con un aparato que es único”, señala el inventor nacido en Sanlúcar. Desde Alemania ya le han transmitido su interés para albergar el proyecto, de no obtener los permisos que actualmente está tramitando ante el Ministerio de Industria para fabricarlo y comercializarlo en España. Y en Dubai y los Emiratos Árabes ya se perfilan compradores, aunque ni siquiera se ha establecido un precio definitivo para el vehículo, que podría salir al mercado en torno a los 150.000 euros, un precio no apto para todos los bolsillos.

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