a salida del socialista Manuel López del Ayuntamiento de Jaén pone prácticamente fin a una generación de políticos que, con sus luces y sus sombras, han dejado patente, en las últimas dos décadas, su dedicación a la ciudad de Jaén y a la gestión de lo público. En los nueve mandatos municipales que ha vivido la capital en Democracia han pasado por la bancada del salón de plenos más de 200 concejales. Sin embargo, los jienenses apenas recuerdan a media docena de ellos, amén de los alcaldes, el primero de ellos Emilio Arroyo.
Manuel López ha sido el último de un perfil político que está en peligro de extinción, que convivía en la calle con los vecinos, con un apego innegable a las tradiciones e idiosincrasia de su tierra y del que apenas queda el actual portavoz del equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento, Miguel Ángel García Anguita.
José Luis Cano, Miguel Segovia, Inmaculada Solar, Carmen Peñalver o el propio García Anguita son algunos de los políticos de la vida municipal más recordados por los jienenses.
El que fuera edil de IU y primer teniente de alcalde en el anterior mandato, José Luis Cano, cree que los políticos cada vez están más alejados de los vecinos y considera primordial que los concejales trabajen pegados al terreno. Cano echa de menos mayor sensibilidad en los grupos hacia los problemas reales de la ciudad y recuerda cómo hace años las argumentaciones de los concejales en la defensa de los puntos del pleno o de las mociones hacían cambiar la postura de los otros grupos. “Ahora todo sigue un guión, poco importa el debate que se genere en el pleno”.
Miguel Segovia, que abandonara las filas del Grupo Popular en el anterior mandato cree que la política se ha profesionalizado. “Antes las madres decían: mi hijo trabaja en la SEAT. Ahora dicen: mi hijo trabaja en la PSOE o en la PP”. Para Segovia el concejal debe estar activo las 24 hora del día y sobre todo estar en la calle. “Una cosa es la opinión pública y otra la opinión publicada y los políticos cada vez están más pendientes de la publicada”, comenta Segovia, que cree que fruto de todo ello es el desprestigio que ha alcanzado la política entre los ciudadanos.
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