Libertad de interpretación, faltaría más. Pero la manipulación interesada y al servicio de la alta oligarquía, con que el gobierno promueve nuestra dependencia no es una forma de libertad. Passos Coelho “lamenta” sus propias medidas económicas, pero “le enorgullece” la respuesta de los portugueses. Obligado es suponerle absoluta ignorancia sobre protestas y manifestaciones.
La Merkel (ahora) quiere Grecia dentro del sistema monetario: “por el riesgo de una cadena de desastres, como la quiebra de Lehman Brothers en 2008”. Pero si Lehman ha quebrado ¿cómo sigueoperando? Peor aún: ¿cómo puede seguir mandando, a través de sus “factotum” en Grecia, Italia y España? No se enteran que no nos hemos caído del Guindo. Merkel teme perder 60.000 millones, pero eso lo calla.
De ciudadanos a deudores, es la obra de la (des)Unión Europea. Es el súmmum, glorificación,exaltada consumación del lamentable principio promotor del Mercado Común. Nada equiparable al sentimiento animador de los impulsores de launidad. El deseo de aunar voluntades y acercar culturas, para evitar futuros enfrentamientos, ha quedado en el –si acaso- pragmático mercantilismo de des-incentivar guerras entre estados, merced al dominio económico. El sueño de Hitler sin gasto en armamento.
Y con la anuencia -eso es peor- de los gobiernos rebajados a satélites, con muchos más “Vichy” que resistencia. Necedad política al servicio de la inteligencia del poder financiero Inteli¿qué? El plan está bien montado, pueblos más pobres y así más sumisos, para resistir la brutal concentración del capital. Pero la concentración es absolutamente ineficaz (salvo para detentar el poder), como hademostrado la todavía inacabada ola de fusiones bancarias, dónde, en busca de “dimensión” -dicen-,se han sacrificado cajas rentables, único medio de reducir más de cien cajas a seis bancos, y borrar su identificación con el territorio. Contra legitimidad, legalidad dudosa, como la absorción de cajas por otras de distinta comunidad. Cualquier cosa con tal para forzar la reducción. Dudosa legalidad, inexistente legitimidad, la bajada de sueldos, elevación de impuestos y disminución de servicios, para engordar las cuentas nunca claras de bancos de comportamiento oscuro.
El asalto a supermercados puede ser ilegal, pero según el ideario cristiano que dicen seguir los miembros del gobierno y demás prohombres de la economía, “en caso de extrema necesidad es lícito tomar de dónde sobra”. Extrema necesidad creadapor la necedad de la cobarde entrega a poderesexternos, adornados con el nombre de “mercados”.Mejor sería tomar conciencia del aviso. En caso de extrema necedad, la desobediencia civil es lícita, principio válido también para las fuerzas del orden, a quienes no legitima el sobado principio de “obediencia debida”.
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