La ocupación hotelera en San Fernando durante el mes de agosto fue la más baja de la Bahía y la segunda por la cola entre las que la patronal de Hostelería, Horeca, recoge en sus comparativas mensuales, sólo por delante de Arcos de la Frontera. En cuanto a la media de la provincia de un 88,19 por ciento, se situó en casi 14 puntos porcentuales menos, a pesar de que la ciudad sólo tiene, oficialmente, algo más de trescientas camas tras el desastre del complejo de apartamentos de Bahía Sur.
Según las cifras de Horeca, la ocupación hotelera en San Fernando fue del 74,63 por ciento en el mes vacacional por excelencia, muy lejos del 90,48 por ciento de Cádiz, el 91,56 de Chiclana, el 90,10 de Sanlúcar, el 92 de Tarifa o el 95,95 por ciento de Conil, el valor más alto registrado aunque Chiclana sigue estando muy lejos en número de plazas del resto de las poblaciones de la provincia.
Con respecto al año pasado en el mismo mes también ha bajado, ya que en 2011 consiguió una ocupación del 83,82 por ciento, casi nueve puntos más que el mes pasado, lo que demuestra el deterioro de la oferta turística de la ciudad, si alguna vez la tuvo y escaso interés de los responsables políticos municipales por potenciarla.
Las previsiones para el mes de septiembre son de un 61,08 por ciento de ocupación, frente a un 57,74 por ciento de la ocupación real del mes de septiembre del año pasado.
En tanto se produce esa bajada espectacular de la ocupación, motivada por la falta de una oferta consistente como la que existía antes del expolio del complejo hotelero de Bahía Sur capaz de ofrecer a la Bahía en torno a las dos mil plazas hoteleras –según las cifras de la misma patronal-, sube el descontrol en la gestión de las unidades de alojamiento de Caño Herrera.
Estas unidades se están ofertando para alquiler y venta incluso a través de anuncios en las farolas y a título particular, como se muestra en la fotografía que acompaña a esta noticia, además de los anuncios en las páginas web del ramo, sin que ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento de San Fernando, propietario del complejo cedido para uso turístico exclusivamente, hayan sido capaces de exigir a la empresa concesionaria el cumplimiento estricto de las condiciones de la concesión.
A todo lo más se ha procedido a su reclasificación, bajándolo a la mínima categoría, lo que ha degenerado en una caída libre del complejo donde las distintas ‘familias’ se mantienen enfrentadas cada una defendiendo sus intereses particulares.
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