El Gobierno de Rusia ha rechazado este miércoles a las críticas vertidas sobre la condena a dos años de cárcel contra tres integrantes del grupo musical punk Pussy Riot, tras ser halladas culpables del delito de "vandalismo motivado por odio religioso" por haber irrumpido en la mayor catedral ortodoxa de Moscú el pasado febrero, donde cantaron una canción con la que pedían la dimisión del entonces primer ministro, Vladimir Putin.
Cinco miembros de Pussy Riot entraron en la Catedral de Cristo Salvador con el rostro oculto el pasado febrero y realizaron, ante la mirada atónita de los guardias de seguridad, una actuación para denunciar el apoyo de la Iglesia Ortodoxa a la campaña electoral de Putin para volver al Kremlin.
Tres de las integrantes del grupo fueron detenidas y acusadas de vandalismo. Según los fiscales, actuaron "de una manera extremadamente vulgar para un lugar así" y la canción que interpretaron, titulada 'Holy shit', es "insultante y sacrílega para los ortodoxos".
Respecto a la campaña en defensa del grupo lanzada a nivel nacional e internacional, el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Lukashevich, ha subrayado que el asunto no se ciñe a "una actuación artística". "Nuestros opositores ignoran el hecho de que la acción del grupo punk fue un insulto a millones de creyentes (cristianos) ortodoxos, así como a los representantes de otras fes que se adhieren a los valores morales tradicionales", ha argumentado.
Asimismo, ha negado que se trate de un caso de persecución contra la expresión artística y ha recordado que el grupo de 'arte guerrilla' Voina ganó un premio estatal el año pasado "por una pieza de arte bastante controvertida". "Las acusaciones de persecución contra la libertad de expresión artística son infundadas", ha apostillado, según ha recogido la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
La juez Marina Sirova afirmó durante la lectura del veredicto que las jóvenes Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyojina y Yekaterina Samusevich --de 29, 24 y 22 años de edad, respectivamente-- llevaron a cabo una acción meticulosamente planificada y que "eran conscientes del carácter ofensivo de sus acciones y su aspecto".
"Pretendían atribuir gran resonancia a su actuación, ofender tanto a los sacerdotes como al amplio público en general e infligieron una fuerte ofensa a los creyentes ortodoxos", señala el veredicto.
La Fiscalía había pedido una pena de tres años para cada una, mientras que el propio Putin pidió hace unos días a la justicia rusa no ser tan severa con las cantantes. La sentencia comenzará a contarse a partir de la fecha de su detención, el pasado 15 de marzo.
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