San Fernando

El impago de la Junta de Andalucía a las asociaciones de autoayuda supone un "recorte encubierto"

Las críticas se dirigen al hecho de que no eliminen los programas, concertaciones y subvenciones pero no pagan, con lo cual las residencias no saben cómo reaccionar.

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  • Una situación crítica.

El Partido Popular ha denunciado la “insensibilidad” de la Junta de Andalucía con las residencias de enfermos de Alzheimer de la provincia y en general con todas las asociaciones de autoayuda, ya que está procediendo a un recorte encubierto que supone un “hachazo” a la supervivencia de los centros.


El portavoz del gobierno municipal, Daniel Nieto, centra la gravedad de la situación no sólo en la situación económica que es “grave para todo el mundo”, sino en el hecho de que desde la Junta no se eliminan los programas y subvenciones, pero no se pagan, de forma que las residencias están funcionando sin saber a ciencia cierta con qué recursos cuenta y, sobre todo, qué medidas de supervivencia tendrían que aplicar ante una situación que se supone que va a empeorar

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“La Junta de Andalucía no da la cara, ni siquiera explica a los afectados los pasos que tienen que dar”, dice Nieto, que valora la residencia Dolores Castañeda como un ejemplo de lo que puede hacer la sociedad civil y que se va a convertir en un ejemplo de lo que puede dejar de ser por el incumplimiento de las administraciones, en este caso de la Junta.

Situación crítica
Las declaraciones del concejal del Partido Popular se hacen en el contexto de la movilización promovida por las asociaciones de enfermos de Alzheimer de la provincia de Cádiz que se concentraron en San Fernando, donde existe un centro de referencia creado a base de coraje y de buscar dinero debajo de las piedras. 


Hasta que no estuvo creado, no encontró un apoyo mayor de las administraciones que no actuaron por conciencia, sino porque les salía más barato apoyar a las asociaciones de autoayuda que atender con cargo al erario público a las personas necesitadas de cuidados médicos y asistenciales.

La situación, sin embargo, afecta a todas las asociaciones de autoayuda, a las que hacen el trabajo de la Administración sin poder pagar sueldos de funcionarios; o en las que la Administración se ahorra el sueldo de funcionarios y personal laboral, que es lo mismo.

La Asociación de Párkinson, la de Enfermos Mentales, la de personas con parálisis cerebral, las residencias de ancianos... todas están con las carnes abiertas sorteando lo que se les viene encima, pero, lo que es peor, sabiendo que lo que se les viene encima puede hacerlas desaparecer y volver a los principios, a hace treinta años o incluso a muchos años atrás, cuando a los enfermos se les escondía en las casas. Que no los van a esconder ahora, pero que económicamente equivale a lo mismo. 

Voces de los que no hablan

La directora de la Residencia de Enfermos de Alzheimer Dolores Castañeda, Mari Pepa Rodríguez, dejó claro que los directivos, trabajadores y familiares de los enfermos que estaban en peligro de perder la calidad de vida que les brindan los centros construidos con sangre, sudor y lágrimas, se convertirían en los voces de los que no pueden hablar.

Desde el centro de Parkinson ya vienen hablando desde hace meses de los serios problemas por los que atraviesan por la falta de pago de los programas de las administraciones públicas, que si bien es cierto que se mantienen, no se pagan, que es peor.

La nueva residencia para mayores de Unión Parálisis Cerebral ya dejaba patente desde su inauguración sus miedos a que las concertaciones de plazas disminuyeran o que no se concedieran, independientemente de que luego se cobraran...

La Ley de Dependencia, el logro más importante en la democracia porque por primera vez los programas de ayudas, siempre arbitrarios, tenían rango de ley sobre la base de la ayuda directamente a la persona, además de nacer, como casi todas las leyes, casi sin dotación económica, se ha comenzado a desmantelar en aras de una depravada prima de riesgo que de la noche a la mañana ha aparecido en la familia.

Los políticos están apoyando a las asociaciones de autoayuda con su presencia y sus promesas de interceder ante las administraciones públicas competentes. El problema es que los políticos que se entrevistan con los responsables de las asociaciones son los que no gobiernan en la administración que tienen que pagar lo que deben, primero, y prorrogar los programas, después. O sea, el PP, cuando la Junta no paga; el  PSOE, cuando recorta el Gobierno central; el PA, contra todos, porque no gobierna en ningún sitio... 

Al día de hoy, sólo a la residencia Dolores Castañeda se le adeudan 720.000 euros y 1,4 millones al total de las residencias gaditanas. Lo que se está haciendo, por regla general, es presentar expedientes de regulación que irán mermando los servicios. Lo que se aproxima, creen ellos, que saben de qué va, es el cierre, el enfermo en su casa, justo cuando desde la Junta aconsejan a los que lo hacen así, porque ahora cobran la ayuda de la Ley de Dependencia, que deben estar en centros especializados. 

Dios aprieta pero no ahoga. La Junta, sí. Y los recortes en la Ley de Dependencia entierra a los ahogados. Y eso sin hablar de la pérdida de puestos de trabajo. Bien o mal pagados, pero peor es el paro. 

Palabra de los afectados.

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