Antes de que la crisis sacudiera la economía del país y el bolsillo de sus ciudadanos, se vendían en Jaén alrededor de 14.000 vehículos a motor al año, principalmente turismos. Es decir, que en los últimos cuatro años se podrían haber vendido alrededor de 56.000 vehículos, sin embargo, la cifra añenas supera los 15.000, por lo que los concesionarios de Jaén han dejado de vender unos 40.000 vehículos en los últimos cuatro años.
Son los cálculos que hacen desde la Federación Provincial de Empresarios del Metal de Jaén su secretario general, Ramón Calatayud, tras una nueva bajada de las matriculaciones el pasado mes de junio, cuando sólo se alcanzó la cifra de 318 vehículos matriculados. “La situación es insostenible”, indica Calatayud que reconoce que la solución es tan sencilla como inviable en la actualidad. “Hace falta confianza, seguridad y estabilidad, porque sin ella los ciudadanos no hacen una inversión de 20.000 euros para comprarse un coche”, explica. Además, recuerda que sin esa confianza no hay créditos y los pocos que se conceden son a unos intereses prohibitivos.
Despidos
Toda esta situación ha llevado a que de los alrededor de 1.400 empleados que trabajaban en los concesionarios de la provincia, “la mitad han ido a la calle”. Catalayud calcula que apenas quedarán 700 trabajadores, muchos de los cuales están afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), es decir, con menos jornada y menos sueldo. Mientras tanto, la industria del automóvil no se ha hundido por las exportaciones a países como China o India.
Para Calatayud, mientras no lleguen ayudas por parte del Gobierno para incentivar las ventas de vehículos, la única salida que queda es adaptar los beneficios a los costes y eso asegura que se hace a través de concentración de concesionarios y de menos personal.
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