Cuando alguno de los dirigentes del PSOE, ahora o antaño, se esfuerza en mantener el discurso de la solidaridad, me viene al recuerdo la anécdota de los socialistas franceses de discurso fácil y vida acomodada.Estos señores, que asimismo se denominaban socialistas, predicaban en sus fiestas privadas la defensa de las clases trabajadoras mientras disfrutaban de pisos lujosos en los Campos Elíseos, coches oficiales, cenas en restaurantes de lujo y vacaciones por todo lo alto en la costa azul. Mientras tanto, en los barrios obreros de la periferia de París, los trabajadores sufrían las consecuencias de la crisis económica, la exclusión social y el desempleo sin que nadie se preocupara por ellos de verdad, sin que nadie reconociera el trabajo de toda su vida y el de sus antepasados luchando por la democracia en general y por su familia en particular. Era fácil gastar millones de francos en estudios y programas sociales, en actos multitudinarios y discursos mesiánicos, pero al final no llegaba ni un céntimo a las organizaciones que desarrollaban su trabajo con los más débiles. Solidaridad, de panfleto y pancarta. Solidaridad, de boquilla.
Es muy fácil defender desde una tribuna el mensaje de la solidaridad con las clases menos favorecidas mientras se disfruta de una vida fácil y acomodada. Que conste que no se pone en cuestión el nivel de vida de nadie, ni lo que hayan conseguido con su esfuerzo y su trabajo, pero sí la incoherencia en el discurso.
No se puede estar vendiendo socialismo desde una alfombra roja y vistiendo de Chanel. No es razonable criticar de forma feroz un sistema económico liberal, hacer apología del comunismo o el socialismo, mientras se disfruta del libre mercado en la economía doméstica. Eso es mentir y engañar.
Y todo esto, no solo ha pasado en Francia, también ha ocurrido en Jerez. Desde el año 2007 el Ayuntamiento de Jerez no había pagado ni un céntimo a las organizaciones sociales de la ciudad que tan buen trabajo desarrollan con los más desfavorecidos. El mismo año 2007 en el que el gobierno del PSOE compró dos maquinas para la imprenta por más de cien millones de pesetas que nunca llegaron.
Desde el año 2007 venimos escuchando a dirigentes del PSOE que ellos luchan por los más desfavorecidos, pero a la hora de la verdad, nada de nada. Socialismo de boquilla.
Ahora intentan seguir con el mismo cuento pero ya no engañan a nadie. Ha sido un gobierno popular en Jerez, liderado por María José García-Pelayo, el que ha pagado a las organizaciones sociales de la ciudad una parte importante de lo que se les debía con el principal objetivo de que puedan seguir haciendo su trabajo y ayudando a los que mas lo necesitan.
Menos discurso vacío y más soluciones concretas a problemas concretos. Y mientras tanto, algunos de los dirigentes de antes hablando y escribiendo sobre un supuesto socialismo de fachada y cartón piedra. El PSOE ya tiene fecha de caducidad en nuestra tierra porque ni ellos mismos se creen ya lo que dicen. Todos los ciudadanos se han dado cuenta de que predican una cosa y hacen otra. Solidaridad y socialismo, de boquilla.
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