Cacerolada para hacerse escuchar. El sonido de las cacerolas puede pasar desapercibido en cualquier cocina, pero en la calle, es símbolo de protesta y así ocurrió en la tarde de ayer, cuando vecinos de la Comunidad de Barrio del Polígono del Valle se personaron en la plaza de Santa María, cacerola en mano.
La de ayer fue una primera llamada de atención a toda la ciudadanía de Jaén y especialmente a la Administración Local, denunciando la situación en la que viven muchas familias “empobrecidas” residentes en la capital. Concretamente, en el Polígono del Valle, el 70% de las familias ya no tienen ninguna ayuda económica.
Por ello, lanzaron al unísono un mensaje: deber ser delito dejar a una familia sin recursos. “Queremos dar visibilidad a las personas que sufren más de cerca la crisis, a las que ya no tienen ni trabajo, ni prestación económica y que necesitan urgentemente del apoyo de las administraciones para hacer frente a su vida de manera digna”, aseguraron Juan Francisco Rubio y Mª Dolores Contreras.
Los vecinos quisieron mostrar al Ayuntamiento que ésta es una de las preocupaciones fundamentales de la Comunidad de Barrio, porque afecta “a muchas familias”. Ante las “pasividad de las autoridades”, solicitan que tomen decisiones respecto al problema que “provoca necesidad y sufrimiento en tantas personas”. En esta línea, recordaron que “es necesario reordenar los recursos con los que cuenta el Ayuntamiento para que estos lleguen a las familias”.
Por todo ello, pidieron la constitución de una Comisión Mixta donde abordar las situaciones de cada familia, que se inicie la Mesa Local de Casos, como un “medio para intervenir con las familias más empobrecidas del barrio”, y que se destinen más recursos económicos para que los servicios sociales comunitarios puedan atender a las familias.
Con la acción reivindicativa de ayer recordaron que las ollas de sus casas están vacías y quieren un futuro digno para las familias que no pueden llenarlas.
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